En el marco de este homenaje gastronómico, mayo destaca los tesoros del litoral catalán, promoviendo productos marinos autóctonos como las ostras, los mejillones y especies poco conocidas. La Fundación Alícia lidera esta iniciativa al investigar nuevas formas de fomentar el consumo de pescado local.
A pesar de que más de 200 especies diferentes llegan anualmente a los puertos catalanes, el mercado sigue concentrándose en unas pocas variedades populares, muchas importadas. Este fenómeno genera desequilibrios ecológicos y culturales. Por ejemplo, ciertas especies quedan sobreexplotadas mientras otras permanecen subutilizadas.
Para abordar esta problemática, la Fundación Alícia desarrolla proyectos innovadores que visibilizan especies menos conocidas, como la brótola, la canana y el jurel. Estas iniciativas incluyen recetarios accesibles, materiales educativos y vídeos prácticos que facilitan su incorporación a la dieta diaria.
El trabajo no se limita a la divulgación; también se establecen vínculos directos con pescaderías, productores y empresas del sector. Juntos crean preparaciones culinarias que añaden valor y refuerzan la economía local. Esta estrategia busca crear sinergias entre todos los actores involucrados, desde los pequeños pescadores hasta los grandes distribuidores.
Además, se trabaja para integrar estas especies en comedores escolares, residencias y otros espacios colectivos. El objetivo es adaptar sus propiedades nutricionales y gustativas a diferentes públicos, asegurando que todos puedan disfrutarlas.
Promover el pescado local no solo beneficia la salud y el medio ambiente; también fortalece nuestra conexión cultural con el territorio. Ejemplos como la clotxa, un plato tradicional de les Terres de l’Ebre, ilustran cómo los ingredientes locales pueden transformarse en experiencias culinarias únicas.
La clotxa de canana es una reinterpretación moderna de esta receta ancestral. Combina elementos del mar y la tierra, destacando ingredientes frescos, de temporada y accesibles. Este plato simboliza el compromiso de hacer visible lo invisible, invitando a los consumidores a explorar nuevas posibilidades dentro de su propia región.
Preparar una clotxa de canana puede ser una experiencia gratificante. Comienza seleccionando los mejores ingredientes disponibles. Lava y cocina las cananas según las instrucciones indicadas. Mientras tanto, prepara un sofrito rico con cebollas, tomates y otros vegetales frescos. Añade toques especiales como vino blanco, pimentón dulce y ralladura de naranja para potenciar los sabores.
Finalmente, rellena panes rústicos individuales con esta mezcla aromática. Cada bocado será una celebración de la diversidad gastronómica catalana, demostrando que comer bien significa también entender y apreciar el contexto que nos rodea.