El atún rojo, especie valorada por su tamaño y sabor excepcional, se ha convertido en un recurso clave para la industria pesquera. Este pez, conocido por sus impresionantes viajes anuales a través del Atlántico hasta el Mediterráneo, es especialmente apreciado en la gastronomía japonesa. La empresa Balfegó, líder en la captura y cría de esta especie, ha desarrollado técnicas innovadoras que permiten mantener a los ejemplares vivos y frescos durante todo el año. Ahora, con el objetivo de expandir su modelo exitoso, Balfegó planea replicarlo en el Cantábrico, una región donde la pesca de este tiburón está limitada debido a factores climáticos y de tamaño de los peces. Este proyecto piloto busca revitalizar la pesca local y garantizar la sostenibilidad de la especie.
La historia de Balfegó comenzó hace más de dos siglos en L’Ametlla de Mar, una localidad costera de Tarragona. Inicialmente, era una actividad artesanal de subsistencia, pero a lo largo de cinco generaciones se ha transformado en un negocio internacional. Su éxito radica en el uso de redes de cerco, una técnica que permite capturar el atún rojo de manera selectiva y respetuosa con el medio ambiente. Los ejemplares capturados son transportados vivos a piscinas cercanas a la costa, donde se les alimenta con pescado azul hasta que se requiere su sacrificio para satisfacer los pedidos.
Este sistema revolucionario no solo ha permitido a Balfegó expandirse a más de 40 países, sino que también ha llevado a la empresa a buscar nuevas oportunidades. El Cantábrico, aunque desafiante debido a las condiciones meteorológicas y el tamaño reducido de los ejemplares, ofrece potencial para la cría de atún rojo. En colaboración con el centro tecnológico Azti, Balfegó ha creado ItsasBalfegó, una sociedad limitada que implementará su modelo de pesca en Getaria, Guipúzcoa. El proyecto incluirá la instalación de jaulas submarinas a 6,5 kilómetros de la costa, diseñadas para proteger a los peces durante los temporales invernales.
El principal desafío será adaptar las técnicas de cría al entorno cantábrico, donde las condiciones climáticas extremas limitan la pesca a unos pocos meses al año. Sin embargo, Balfegó ha invertido dos millones de euros y prevé crear más de diez empleos directos. Aunque inicialmente se espera capturar entre 50 y 100 ejemplares, el objetivo es crecer en los próximos años. Con este proyecto piloto, Balfegó busca no solo expandir su negocio, sino también contribuir a la conservación y sostenibilidad de una especie tan valiosa como el atún rojo.
Balfegó ha demostrado ser un pilar fundamental en la industria del atún rojo, combinando tradición y tecnología para ofrecer productos de alta calidad. Su expansión al Cantábrico representa un paso importante hacia la diversificación geográfica y la búsqueda de nuevos mercados. Además, este proyecto promete no solo beneficiar económicamente a la región, sino también establecer un nuevo estándar en la gestión sostenible de recursos marinos.