Para algunos, la Navidad es dulce y alegre, mientras que para otros, es llena de tristeza y nostalgia. Estas fiestas generan un amplio espectro de reacciones emocionales, dependiendo de la persona. Como nos explica la psicóloga, la Navidad puede ser una época de dicotomía muy clara.
Hay quienes ven estas fechas como las mejores del año, mientras que para otros, son un auténtico calvario. Incluso, pueden haber personas que sienten indiferencia, aunque esto es lo menos frecuente debido a la alta carga emocional asociada.
En una época como la Navidad, es importante reconectar con nosotros mismos. Al ser más empática y compasiva con nosotros mismos, podemos estar mejor con los demás. Como sugiere Lara López Rubio, intentar ser más compasivo con nosotros mismos es un punto de partida importante.
Para reconectar emocionalmente con los demás, es esencial adoptar un enfoque deliberado y consciente. Explorar nuestro mundo interior, conocernos, escuchar nuestras emociones y necesidades es esencial para construir vínculos más significativos.
Para las personas que pasan por una etapa emocional compleja en este momento, la recomendación es el autocuidado. Identificar cómo nos estamos sintiendo, qué necesitamos y tratar de dárnoslo si es posible es clave.
Por ejemplo, si estamos tristes por la pérdida de alguien querida o no queremos ver a un familiar, podemos buscar un ratito previo de estar a solas antes de acudir al compromiso familiar. O, si no es posible, validar nuestra emoción de tristeza sin exigirnos a nosotros mismos cambiarla.
Intentar vivir una Navidad serena sin dejarnos llevar por las presiones es un objetivo importante. Aumentar el autocuidado, el descanso y la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás nos puede acercar a la serenidad que buscamos.
Evitar ser influenciados por las creencias sociales impuestas y conectarnos con nuestras propias necesidades es esencial para disfrutar de estas fiestas de manera más plena.