Un informe reciente del sector económico en Michigan ha destacado el efecto continuo de los aranceles comerciales sobre la industria automotriz. Aunque se están tomando medidas para atenuar las tasas impositivas sobre las piezas importadas, se estima que los costos adicionales por vehículo oscilarán entre 2,000 y 12,000 dólares. Este análisis abarca tanto vehículos ensamblados localmente como aquellos provenientes del extranjero, con una particular atención a marcas reconocidas como Honda, Toyota, Ford y General Motors.
El grupo de consultoría Anderson Economic Group reveló que los autos fabricados en territorio estadounidense enfrentarían un incremento significativo en sus precios debido a estos gravámenes. Modelos populares como el Civic y Odyssey de Honda, junto con el Malibu de Chevrolet, verían aumentos en el rango de 2,000 a 3,000 dólares. En contraste, vehículos importados, especialmente SUV de lujo y eléctricos procedentes de Europa y Asia, podrían experimentar alzas más pronunciadas, alcanzando hasta 12,000 dólares adicionales.
Además, ciertos modelos ensamblados en Chicago, como el Ford Explorer, tendrán reducciones parciales en sus cargas arancelarias, pasando de aproximadamente 4,300 a 2,400 dólares. Sin embargo, otros productos bajo la marca Stellantis, incluidos Jeep, Ram y Chrysler, podrían enfrentar impactos financieros mayores, variando entre 4,000 y 8,000 dólares. General Motors también proyecta pérdidas considerables derivadas de estas políticas, estimadas en hasta 5,000 millones de dólares, incluyendo importaciones desde Corea del Sur.
A pesar de estas cifras alarmantes, los representantes de las empresas automotrices no han emitido declaraciones oficiales. Recientemente, el gobierno acordó otorgar un plazo de dos años a las compañías para ajustar el contenido nacional en sus productos, lo que podría mitigar parte de este peso financiero. Este acuerdo permitirá compensar los aranceles aplicados a componentes importados, equivalente al 3.75% del valor de venta sugerido por el fabricante hasta 2026, y al 2.5% en producciones locales hasta 2027.
No obstante, los aranceles del 25% impuestos anteriormente a ocho millones de unidades anuales importadas permanecerán intactos según confirmaciones desde la Casa Blanca. Este panorama ilustra cómo las decisiones arancelarias continúan influyendo profundamente en la competitividad y rentabilidad de la industria automotriz global.
La situación actual pone de manifiesto cómo las estrategias arancelarias pueden transformar drásticamente el mercado automotriz. Mientras algunas medidas buscan fomentar el uso de componentes nacionales, otras mantienen restricciones elevadas sobre las importaciones. Este equilibrio entre incentivos y barreras comerciales definirá el futuro inmediato de la industria en Estados Unidos.