En 1985, en la ciudad de Santa Fe, Argentina, una joven de 18 años llamada Marta P. se enfrentó a un embarazo no planeado. Rodeada de una familia rígida y atemorizada, Marta tomó la decisión desesperada de continuar con la gestación, a pesar de haber intentado abortar anteriormente. Sin embargo, su entorno no la apoyó y, a través de una vecina, Marta fue conectada con una partera que le hizo creer que su bebé había nacido muerto, cuando en realidad lo entregó en adopción a una pareja de Funes.

Una Búsqueda Incansable por Recuperar su Identidad

El Inicio de una Búsqueda Llena de Incertidumbres

Germán Utrera, el hijo de Marta, nació el 4 de mayo de 1985 y fue criado por una pareja adoptiva, Ofelia y su esposo, quienes siempre le contaron la verdad sobre su adopción. Sin embargo, Germán no tomó conciencia de ello hasta los 15 años, cuando una conversación con su madre adoptiva lo llevó a cuestionar su origen. A partir de ese momento, Germán inició una búsqueda que duraría casi una década, enfrentando la frustración y el desconcierto al no encontrar respuestas concretas.

La Paternidad como Impulso para Encontrar sus Raíces

Cuando Germán se convirtió en padre de su hija Alba, algo cambió dentro de él. La conexión que sentía con su hija lo llevó a renovar su impulso por entender su origen. La búsqueda se transformó en una necesidad de justicia personal, y Germán recurrió a terapias alternativas y espirituales, sin obtener resultados satisfactorios.

El Hallazgo de una Prima Hermana y el Camino hacia su Madre Biológica

Finalmente, en 2022, la aparición de una mujer llamada María Luján en el árbol genealógico de Germán le devolvió la esperanza. Ella resultó ser una prima hermana de su madre biológica, Marta. Con la ayuda de la ONG Nuestra Primera Página, Germán logró localizar a Marta, quien aceptó realizarse la prueba de ADN, aunque sin entender muy bien por qué.

El Reencuentro Emocionante y el Inicio de un Proceso de Sanación

Cuando llegó el resultado del ADN, confirmando la relación de madre e hijo entre Germán y Marta, ambos se enfrentaron a una mezcla de emociones. Marta, que había sido engañada y le hicieron creer que su bebé había nacido muerto, pudo finalmente entender la verdad. Germán, por su parte, encontró la respuesta que había buscado durante tantos años y pudo abrazar a su madre biológica, iniciando un proceso de sanación y reconciliación.

Una Familia Ampliada y Llena de Amor

Actualmente, Germán y Marta mantienen un contacto permanente, se reúnen a tomar mate y Germán ha conocido a sus hermanos que viven en Portugal. Germán afirma que tiene dos madres a las que ama por igual, y que su hija Alba ahora cuenta con tres abuelas. Esta historia de perseverancia y búsqueda de la verdad ha sido también una fuente de inspiración para que la hermana de Germán emprenda su propia búsqueda de sus orígenes.