Cuando el poder desdibuja las fronteras de la privacidad
Javier Milei, el controvertido político argentino, ha generado controversia recientemente por sus acciones y declaraciones públicas. Su decreto restrictivo sobre el acceso a la información está siendo cuestionado, ya que parece ir en contra de principios fundamentales de la democracia, como la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a estar informados. Esta situación plantea un dilema sobre los límites entre la esfera privada y la pública, y sobre el papel de los medios de comunicación en una sociedad democrática.Una nueva muestra de autoritarismo en la era de la transparencia
Los antecedentes del decreto restrictivo de Milei
El decreto restrictivo de Javier Milei sobre el acceso a la información parece ser una reacción a las críticas y acusaciones que el mandatario ha dirigido contra los medios de comunicación y los periodistas. Milei ha expresado su "desprecio" por la "basura de la política tradicional" y los profesionales de la información, siguiendo el ejemplo de su admirado Donald Trump. Esta postura de confrontación con los medios y el periodismo es una característica común entre los líderes populistas y autoritarios, quienes ven en la prensa libre un obstáculo para su ejercicio del poder.La distinción entre medios y periodismo
Es importante distinguir entre los medios de comunicación y el periodismo como tal. Los medios encarnan el derecho fundamental de los ciudadanos a estar informados sobre los actos de gobierno, una pieza clave en las democracias representativas. El periodismo, por su parte, tiene la responsabilidad de ejercer un escrutinio crítico sobre el poder y de descubrir verdades necesarias para el bien común. Si bien los medios y los periodistas pueden equivocarse, son pocos los casos en los que logran iluminar realidades que cambian el curso de los acontecimientos a favor de los ciudadanos.El germen autoritario en la postura de Milei
La intención de Milei de restringir el acceso a la información, especialmente en aquello que él considera "una esfera típicamente doméstica", revela un claro germen autoritario. El mandatario parece creer que las redes sociales y los canales oficiales del gobierno bastan para mantener informados a los ciudadanos, ignorando el papel fundamental que juega una prensa libre y crítica en una democracia. Al limitar el derecho a la información, Milei estaría atentando directamente contra los votantes y sus legítimas aspiraciones de conocer los asuntos públicos.El desprecio hacia los periodistas y la ilusión de la transparencia en las redes
El "desprecio" que Milei expresa hacia los periodistas parece responder más a un agotamiento general de las audiencias por el bombardeo informativo que a un rechazo generalizado. Asimismo, la ilusión de que las redes sociales y los canales oficiales bastan para mantenerse informado es cuestionable, como lo demuestra el caso del deteriorado estado cognitivo del expresidente estadounidense Donald Trump, quien fue candidato a la presidencia.La importancia de proteger los valores democráticos
En definitiva, el decreto restrictivo de Milei y su postura confrontativa con los medios y el periodismo representan una grave amenaza a los valores fundamentales de las democracias representativas: la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a estar informados. Más allá de las críticas puntuales que puedan hacerse a determinados medios o periodistas, es imperativo proteger estos pilares de la democracia, pues su resquebrajamiento pondría en riesgo el propio sistema político y las posibilidades de los ciudadanos de ejercer una ciudadanía informada y participativa.