Un equipo de jóvenes talentosos del estado de Veracruz ha dado un paso trascendental en el ámbito de la tecnología aeroespacial al presentar un vehículo volador autóctono durante la Feria Aeroespacial Mexicana (Famex) de este año. Este proyecto, denominado Mantarraya, ha sido desarrollado por estudiantes y profesores del Centro Universitario Latino Veracruz (Ceulver). Diseñado principalmente para responder a emergencias urbanas y marítimas, este innovador medio de transporte tiene como objetivo principal salvar vidas en situaciones críticas. Con capacidad para soportar hasta 180 kilogramos y un tiempo estimado de vuelo de entre 15 y 20 minutos, el prototipo ha llamado la atención tanto nacional como internacional, incluso obteniendo invitaciones de prestigiosas instituciones como la NASA.
El desarrollo de Mantarraya comenzó en el Ceulver con una visión inicial modesta: un proyecto educativo que permitiera a los estudiantes aplicar sus conocimientos prácticos. Sin embargo, su alcance pronto superó las expectativas iniciales. En febrero, el proyecto fue presentado oficialmente en Veracruz, destacando un diseño robusto compuesto por un chasis y seis motores potentes. Edith Leo, una de las profesoras involucradas, reveló cómo esta iniciativa escolar se transformó en un fenómeno reconocido globalmente. "Nunca imaginamos que nuestro proyecto alcanzaría tal magnitud", expresó durante una entrevista televisiva, mencionando también la invitación de la NASA para mostrar su avance tecnológico.
La exposición pública del vehículo no pasó desapercibida para figuras destacadas del gobierno federal. Durante la apertura de Famex el 22 de abril, la presidenta Claudia Sheinbaum se reunió con el equipo detrás de Mantarraya. No solo tuvo la oportunidad de explorar el vehículo, sino que también dejó su huella firmando su carrocería. Posteriormente, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sostuvo una conversación con los estudiantes, aunque los detalles específicos de dicha interacción permanecen confidenciales.
El primer auto volador mexicano es un prototipo impresionante que pesa tan solo 86 kilogramos, pero puede transportar hasta 120 kilogramos en carga útil, incluyendo un tripulante. Su autonomía de vuelo oscila entre 15 y 20 minutos, con un rango máximo de un kilómetro. Este logro técnico ya ha despertado interés comercial, con empresas mostrando disposición para explorar posibles colaboraciones. Este avance marca un hito en la industria aeroespacial nacional, demostrando el potencial de la juventud mexicana en el campo de la innovación tecnológica.
Este proyecto pone de relieve el poder de la educación combinada con la creatividad juvenil. Los estudiantes veracruzanos han llevado a México a un nuevo nivel en cuanto a desarrollos tecnológicos, posicionándose como líderes en una carrera global hacia los cielos. Su impacto va más allá del diseño del vehículo; representa una nueva era de posibilidades en la que las emergencias pueden ser abordadas con soluciones rápidas y efectivas desde el aire. La historia de Mantarraya demuestra que cuando la pasión se une al conocimiento, los límites se desdibujan.