El panorama económico global ha dejado su huella en el sector de la moda, reflejándose en una marcada disminución en las bolsas internacionales. Durante el mes de marzo, los índices relacionados con este ámbito registraron una de las mayores caídas en los últimos dos años. Particularmente, el Selectivo Internacional Modaes de Bolsa (SIMB35) experimentó un declive del 11,7%, situándose en 30.313 puntos debido a los efectos de las políticas comerciales implementadas por Estados Unidos. Este retroceso afectó significativamente a las empresas más representativas del sector.
De entre las 35 compañías que forman parte del SIMB35, solo cinco lograron cerrar el período con resultados positivos. Entre ellas destacó Chow Tai Fook, conocida como el 'Tiffany asiático', que incrementó su valor en un 22,1%. Otros nombres que mostraron mejor desempeño incluyen Guess y Falabella, aunque con avances menos pronunciados. Sin embargo, el escenario fue adverso para muchas marcas reconocidas, especialmente aquellas vinculadas al lujo. Empresas como VF Corporation sufrieron pérdidas superiores al 30%, mientras que Kering y Burberry enfrentaron descensos cercanos al 26% y 25%, respectivamente.
Este fenómeno no se limitó a un segmento específico ni a una región determinada. Las tres empresas españolas presentes en el índice también vieron reducido su valor, siendo Inditex la más impactada con una pérdida superior al 11%. A nivel europeo, otras grandes firmas como Asos, H&M y Zalando experimentaron bajas considerables. En el ámbito deportivo, Nike lideró las caídas con un 20,8% menos en su capitalización, seguido por Adidas y JD Sports. La guerra comercial renovada ha generado incertidumbre en los mercados financieros, afectando incluso a aquellos sectores que históricamente han mostrado mayor estabilidad.
La interconexión global evidencia cómo decisiones políticas pueden tener un efecto dominó en diversas industrias. A pesar de los desafíos actuales, este contexto invita a reflexionar sobre la importancia de estrategias resilientes y adaptativas. Las empresas deben buscar innovación constante y diversificación para mitigar riesgos futuros. Además, fortalecer vínculos internacionales basados en cooperación puede ser clave para construir un sistema económico más equilibrado y sostenible.