Gary Oldman, a sus 66 años, es un referente en la interpretación. Su vida llena de desafíos personales y profesionales le ha dotado de una sabiduría humilde que se refleja en cada una de sus actuaciones. A pesar de los obstáculos como cuatro divorcios y la lucha contra el alcoholismo, Oldman ha logrado superarse y cumplir algunos de sus sueños más profundos, como trabajar con Paolo Sorrentino en "Parthenope". En esta película, Oldman encarna a John Cheever, un escritor atormentado por sus demonios internos. Además, el actor reflexiona sobre la imposibilidad de escapar de nuestros problemas y cómo esto afecta nuestra percepción del mundo.
Oldman ha tenido la oportunidad de explorar diversas facetas de la interpretación, desde personajes históricos hasta figuras literarias. En "Parthenope", da vida a John Cheever, un escritor marcado por la depresión y el alcoholismo. Esta experiencia le permitió profundizar en la relación entre la belleza exterior y los conflictos internos. El actor destaca que, independientemente del lugar donde uno esté, los problemas siempre nos acompañan. Esta lección es crucial para entender cómo Oldman aborda sus propias batallas y las de los personajes que interpreta.
La interpretación de Cheever en "Parthenope" no solo fue un reto actoral, sino también una forma de conectar con los fantasmas de su propio pasado. Oldman reconoce que, durante su lucha contra el alcoholismo, incluso en los lugares más bellos, su tristeza era inmensa. Sin embargo, gracias a su recuperación hace 27 años, hoy puede disfrutar plenamente de su trabajo y su vida personal. La película captura este dualismo entre la apariencia y la realidad, mostrando cómo una persona puede ser hermosa por fuera pero rota por dentro. Oldman enfatiza que su objetivo fue dar forma a la visión que Sorrentino tenía de un artista atormentado, explorando emociones como culpa, vergüenza y desprecio hacia sí mismo.
En su carrera, Oldman ha interpretado a numerosas figuras históricas y literarias, desde Sid Vicious hasta Winston Churchill. Sin embargo, su papel en "Parthenope" es especialmente significativo porque le permite explorar aspectos más íntimos y personales. A través de John Cheever, Oldman reflexiona sobre la naturaleza del arte y la lucha constante contra los demonios internos. Este papel le ha dado la oportunidad de trabajar con uno de sus directores favoritos, Paolo Sorrentino, cumpliendo así otro de sus deseos cinéfilos.
A pesar de haber dejado el alcohol hace casi tres décadas, Oldman sigue siendo consciente de cómo el alcoholismo ha afectado a muchos de sus héroes literarios y cinematográficos. Reconoce que, aunque algunos han podido superarlo, otros no tuvieron tanta suerte. Esto le lleva a valorar aún más su recuperación y a disfrutar plenamente de sus proyectos actuales, como la quinta temporada de "Slow Horses" y su participación en "Oppenheimer". Además, Oldman celebra su felicidad personal, habiendo encontrado a una pareja ideal después de 58 años. Este equilibrio entre lo profesional y lo personal es fundamental para su bienestar actual.