Elijah Wood, conocido por su papel en películas icónicas desde niño, ha recorrido un largo camino desde sus primeros días en el cine. Ahora con 43 años, Wood ha reflexionado sobre su trayectoria, desde sus inicios como actor infantil hasta convertirse en una figura destacada tanto frente como detrás de las cámaras. En entrevistas recientes, ha compartido anécdotas fascinantes sobre su experiencia en el rodaje de "El Señor de los Anillos", incluyendo el impacto que tuvo vivir solo en Nueva Zelanda y cómo esto influyó en su desarrollo personal y profesional.
Desde su debut en el cine a los 8 años, Elijah Wood ha trabajado con algunos de los directores más prestigiosos de Hollywood. Antes de convertirse en Frodo Baggins, ya había acumulado una valiosa experiencia en diversos proyectos. Sin embargo, fue durante el rodaje de "El Señor de los Anillos" cuando Wood experimentó un cambio significativo en su vida. A sus 17 años, se trasladó a Nueva Zelanda para trabajar sin la supervisión de su madre, lo que marcó su primera vez viviendo independientemente.
Esta nueva etapa supuso un reto importante para Wood, quien debía equilibrar su trabajo como actor con su educación. Su madre siempre se aseguró de que la formación académica no quedara relegada a un segundo plano. Incluso en el set de filmación, cumplía con las tres horas diarias de estudio requeridas por el sindicato. Este compromiso con su educación fue crucial para su desarrollo integral. "Mi madre me enseñó a ser humilde y a tratar a todos con respeto", afirmó Wood, recordando cómo ella le instaba a esperar su turno en la fila del almuerzo junto a todo el equipo, en lugar de recibir privilegios especiales. Esta experiencia le ayudó a forjar una ética de trabajo sólida y a mantener los pies en la tierra.
El rodaje de "El Señor de los Anillos" fue más que un trabajo para Wood; también fue una oportunidad para explorar su propia adolescencia. Vivir en Nueva Zelanda durante 16 meses, sin la presencia constante de su madre, le permitió disfrutar de cierta libertad que antes no tenía. Como muchos jóvenes de su edad, Wood aprovechó esta independencia para descubrir nuevas experiencias, algunas de las cuales ahora recuerda con humor y nostalgia.
Aunque la edad legal para beber en Nueva Zelanda era 18 años, Wood reconoce que este período estuvo marcado por aventuras nocturnas junto a sus compañeros de reparto, como Sean Astin, Dominic Monaghan y Billy Boyd. "Fue mi primera vez saliendo a bares con amigos", comentó, admitiendo que la influencia de sus colegas no siempre fue la mejor. Sin embargo,Wood enfatiza que estos momentos, a pesar de sus excesos, fueron fundamentales para forjar fuertes vínculos de amistad que perduran hasta hoy. "No imagino un mejor grupo de amigos con quienes haber compartido esa época", expresó, valorando positivamente el apoyo mutuo que les brindaron durante aquellos años cruciales.