En la primavera de 1946, Frank Capra retomó su carrera cinematográfica después de dedicarse a producir documentales durante la Segunda Guerra Mundial. Su retorno al cine comercial con '¡Qué bello es vivir!' resultó en una obra que se convertiría en un clásico navideño inigualable. Este filme narra la historia de George Bailey, un hombre íntegro que enfrenta desafíos significativos en Nochebuena, cuando un ángel le muestra cómo sería el mundo sin él. A pesar de su lenta aceptación inicial, la película ganó popularidad años después y se convirtió en un símbolo de las festividades decembrinas.
La trama de la película se inspira en el cuento ‘El regalo más grande’ escrito por Philip Van Doren Stern. Este relato surgió tras la lectura de ‘Cuento de Navidad’ de Charles Dickens, compartiendo ciertos paralelos temáticos. Inicialmente, Stern distribuyó su historia como tarjeta navideña entre amigos antes de ser editado formalmente en 1944. Tras varios intentos fallidos de adaptarlo al cine, los derechos fueron adquiridos por Liberty Films, donde Capra vio su potencial para crear una narrativa profunda y emotiva.
Capra enfrentó retos durante la producción, incluyendo la elección del reparto. James Stewart fue su elección indiscutible para el papel protagónico, a pesar de que el actor había estado ausente durante la guerra. La experiencia militar de Stewart influyó en su actuación, otorgándole una profundidad emocional única. Para otros papeles, Capra consideró diversas opciones hasta encontrar a Lionel Barrymore para interpretar al antagonista Potter y Donna Reed como la esposa de Bailey. La selección cuidadosa del elenco contribuyó a la riqueza dramática de la película.
Para recrear Bedford Falls, Capra buscó inspiración en Seneca Falls, Nueva York, reproduciendo su arquitectura victoriana. Los decorados se construyeron en California, utilizando elementos reciclados de producciones anteriores para optimizar recursos. Innovaciones técnicas, como un nuevo método para simular nieve, mejoraron la calidad visual de la cinta. Sin embargo, su estreno no logró el éxito esperado en taquilla, apenas recuperando la inversión inicial debido a la fuerte competencia de ese año.
Aunque '¡Qué bello es vivir!' obtuvo cinco nominaciones a los Óscar sin triunfar, su verdadero impacto llegó décadas después. En 1976, la película comenzó a transmitirse repetidamente en canales de televisión, creando un culto alrededor de ella. Capra, sorprendido por este fenómeno, reconoció la vida propia que había adquirido su obra. Esta cinta, inicialmente vista como una simple idea, se transformó en un tesoro cultural que celebra la importancia de cada individuo en el tejido social, resonando profundamente con generaciones posteriores.