Un grupo significativo de ciudades y monumentos históricos en Extremadura se unió a una iniciativa simbólica apagando sus luces durante un minuto, manifestando su preocupación ante el posible cierre de la Central Nuclear de Almaraz. Esta acción también recibió respaldo de otras regiones como Madrid y Talavera de la Reina. La plataforma impulsora resaltó que este escenario podría causar graves consecuencias económicas y sociales para la región.
El cierre de la central nuclear amenaza con eliminar 4.000 empleos cualificados en Extremadura, además de poner en riesgo más de 150 empresas de servicios y cerca de 280 proveedores. Este desafío no solo afecta a la economía local, sino que también pone en duda la capacidad de abastecimiento energético nacional, dado que Almaraz cubre el 7% de la demanda eléctrica anual de España.
Diversas localidades y sitios emblemáticos de Extremadura participaron en un acto simbólico destinado a destacar las implicaciones del cierre de la central nuclear. A través de la extinción temporal de iluminaciones en lugares clave, los organizadores enviaron un mensaje claro sobre la importancia de preservar esta fuente de energía. Este gesto fue ampliamente apoyado tanto dentro como fuera de la región.
La iniciativa denominada ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’ congregó a múltiples sectores de la sociedad extremeña, quienes decidieron apagar sus luces a las 22:00 horas del jueves. Este evento incluyó monumentos históricos, edificios administrativos y hogares particulares. Además, ciudades como Madrid y Talavera de la Reina se sumaron a este esfuerzo, demostrando así su solidaridad hacia la causa. El presidente de la plataforma convocante, Fernando Sánchez, subrayó que esta oscuridad representa el impacto devastador que tendría el cierre de Almaraz para la soberanía energética de España y la sostenibilidad económica de Extremadura.
El potencial cierre de la central nuclear Almaraz podría generar graves repercusiones económicas y laborales en Extremadura. Según estimaciones, esto implicaría la pérdida de 4.000 empleos directos e indirectos, afectando principalmente a trabajadores altamente calificados. Además, numerosas empresas relacionadas con la industria, construcción, comercio y hostelería podrían verse comprometidas.
El impacto económico sería catastrófico, ya que el cierre de Almaraz amenaza la viabilidad de más de 150 empresas de servicios y casi 280 proveedores. Estos efectos se extenderían más allá de la región, considerando que la planta abastece electricidad a 4 millones de hogares y cubre el 7% de la demanda anual del país. La plataforma defensora argumenta que este paso supondría un retroceso significativo en términos de seguridad energética y desarrollo industrial para toda España. Por ello, reiteran su compromiso de luchar unidos contra esta posibilidad, defendiendo no solo el futuro de Extremadura, sino también el de la nación entera.