En la década final del siglo XX, el legendario actor estadounidense encargó a su amigo íntimo y guionista Stewart Stern una serie de entrevistas extensas que capturaron sus pensamientos más íntimos. Estas conversaciones, junto con testimonios de figuras destacadas del cine y familiares cercanos, fueron grabadas meticulosamente. Sin embargo, en un giro inesperado, Newman decidió incinerar las cintas originales. A pesar de esto, Stern había transcribido los diálogos, creando un archivo invaluable que posteriormente se utilizó para la biografía del actor y un documental dirigido por Ethan Hawke.
Melissa Newman, hija del famoso actor, comparte reflexiones sobre las inseguridades profundas de su padre. A través de estas revelaciones, emerge una imagen de un hombre que, pese a su estatus de leyenda, luchaba constantemente con dudas sobre su talento artístico. Este aspecto menos conocido de Newman proporciona una visión única de su personalidad y de cómo enfrentaba la subjetividad inherente al mundo del arte.
La fama y los ojos azules eran características secundarias para Newman; lo que verdaderamente anhelaba era ser un gran intérprete. Esta pasión se refleja en las elecciones de roles que hizo durante su carrera, buscando siempre desafíos que le permitieran explorar su arte. Sin embargo, esta búsqueda constante de perfección también alimentaba sus inseguridades. Melissa recuerda que su padre encontraba consuelo en las carreras de coches, donde los resultados eran objetivos y medibles. En contraste, en la interpretación, nunca estaba seguro de si realmente era bueno.
Además de su contribución al cine, Newman dejó un legado duradero a través de su compromiso filantrópico. Su hija explica que él veía la riqueza como algo innecesario una vez alcanzados ciertos niveles de comodidad. Este enfoque llevó a Newman a donar generosamente, convirtiéndolo en uno de los filántropos más reconocidos de su época. La modestia y la humildad eran valores fundamentales para él, incluso cuando era considerado un "hombre corriente" detrás de su fama.
Melissa Newman ofrece una perspectiva única sobre la vida familiar de dos estrellas de Hollywood. Aunque sus padres trabajaban mucho fuera de casa, ella recuerda momentos cotidianos llenos de cariño y diversión, como reuniones en torno a la piscina y sesiones de cine en casa. Estas experiencias formaron parte integral de su infancia, mostrando un lado menos conocido de las celebridades. Además, Newman usaba su fortuna para beneficiar causas nobles, sintiéndose afortunado y deseoso de compartir esa suerte con quienes más lo necesitaban.