Juan Mariné, nacido en 1920 y fallecido en 2025, es recordado como una figura emblemática del cine español. Su fascinación por el séptimo arte comenzó cuando apenas tenía cuatro años, al ver las películas de Charles Chaplin en Arenys de Mar. Esta pasión lo llevó a aprender a leer con rapidez para entender los carteles que aparecían en la pantalla. A los 13 años, ya era el único capaz de operar una cámara cinematográfica durante la filmación de "El octavo mandamiento". Pese a enfrentarse a desafíos como una enfermedad que casi le cuesta la vista, Mariné perseveró y se convirtió en un destacado director de fotografía. Trabajó en más de 150 producciones junto a directores influyentes, recibiendo reconocimientos como el Premio Nacional de Cinematografía y el Goya de Honor. En sus últimos años, dedicó su tiempo a preservar el patrimonio cinematográfico español.
Aunque Mariné fue introducido al mundo del cine en su infancia, su carrera profesional comenzó realmente en 1947. Durante décadas, colaboró con algunos de los cineastas más importantes de España, contribuyendo a películas icónicas como "La gran familia" y "El astronauta". Su habilidad técnica y artística lo llevaron a ser galardonado con premios significativos. Además, desarrolló dispositivos para restaurar películas antiguas, asegurando que el legado del cine nacional perdurara en el tiempo. El documental "Juan Mariné: la aventura de hacer cine" retrata su vida apasionante y su impacto duradero en la industria cinematográfica.
Mariné no solo fue un pionero en la dirección de fotografía, sino también un defensor ferviente de la preservación cinematográfica. Durante sus últimos años, creó varios artefactos innovadores para la restauración de películas. Su compromiso con la conservación del patrimonio audiovisual ha dejado una huella indeleble en la historia del cine español. Su vida y obra son testimonio de cómo la pasión puede transformar vidas y legados, inspirando a generaciones futuras de cineastas y técnicos. Los documentales sobre su vida sirven como un homenaje a su contribución inigualable.
En resumen, la trayectoria de Juan Mariné es un ejemplo de dedicación y amor al cine. Desde sus primeros momentos fascinado por las imágenes en movimiento hasta convertirse en uno de los directores de fotografía más respetados de España, Mariné superó numerosos obstáculos para dejar un legado que trasciende generaciones. Su trabajo en más de 150 producciones y su labor en la preservación del cine nacional son prueba de su influencia perdurable en la cultura cinematográfica española.