La industria de la moda está enfrentando transformaciones significativas, especialmente en términos de gastos en lujo y estrategias durante la Fashion Week. A pesar de los desafíos financieros, el Earned Media Value (EMV) ha mostrado un crecimiento notable para la temporada Otoño/Invierno 2025, alcanzando casi 776 millones de dólares con un aumento interanual del 47%. Este éxito se atribuye a una combinación de colaboraciones estratégicas con influencers emergentes, un enfoque en la calidad sobre la cantidad y experiencias inmersivas diseñadas para destacar las marcas. Además, la exclusividad percibida y la selección cuidadosa de celebridades han sido factores clave en la consolidación de la lealtad a las marcas.
En este contexto, regiones como Asia-Pacífico lideraron el EMV con una contribución del 74%, mientras que Norteamérica y Europa también tuvieron roles importantes. Marcas como Dior, Valentino y Chanel experimentaron aumentos considerables en su valor mediático generado, demostrando que la creatividad y la resonancia emocional siguen siendo esenciales. Sin embargo, el enfoque no solo radica en grandes nombres, sino también en talentos locales y comunidades subterráneas que ofrecen nuevas perspectivas culturales.
En un entorno donde la calidad supera a la cantidad, las marcas están adoptando enfoques innovadores para aumentar su presencia digital. En lugar de depender exclusivamente de un gran número de publicaciones, se centran en colaboraciones selectivas con personalidades influyentes cuya autenticidad conecta profundamente con sus audiencias. Estrellas emergentes de diversas regiones, como Japón, Turquía y Corea del Sur, han demostrado ser catalizadoras clave en este proceso.
Esta tendencia hacia la exclusividad se refleja claramente en la estrategia de casting y eventos de alta gama. Marca como Miu Miu lograron equilibrar el reconocimiento global con nuevos talentos desconocidos, generando un buzz que trasciende las barreras tradicionales de la moda. Al mismo tiempo, el uso estratégico de plataformas digitales permite a las marcas capturar la atención de audiencias internacionales mediante colaboraciones con colectivos underground y celebridades locales altamente comprometidas. Esto crea una narrativa más rica y diversa que resuena con consumidores globales.
La creatividad sigue siendo el núcleo de las estrategias de marketing durante la Fashion Week. Marcas como Coperni y Valentino han reinventado la experiencia inmersiva al combinar teatralidad con elementos sorprendentes, como fiestas LAN o decorados inspirados en clubes nocturnos. Estas producciones no solo buscan impresionar visualmente, sino también conectar emocionalmente con los asistentes y espectadores virtuales.
Además, el enfoque en la exclusividad ha llevado a eventos íntimos y seleccionados, reforzando el aura de misterio y deseo alrededor de ciertas marcas. Ejemplos notables incluyen el debut de Haider Ackermann para Tom Ford, con solo 200 invitados, y presentaciones secretas de Louis Vuitton y Bottega Veneta. Estas tácticas contrastan con otras marcas que optan por integrarse en movimientos culturales más amplios, colaborando con colectivos queer o festivales underground. Esta diversificación estratégica evidencia cómo las marcas están adaptándose a un panorama donde la influencia puede surgir tanto de grandes escenarios como de espacios menos convencionales.