El impacto del colecho prolongado: ¿es bueno que los niños mayores duerman con sus padres?

Sep 25, 2024 at 3:25 AM
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Dormir con los Padres: ¿Hasta Qué Edad es Saludable?

En los últimos años, la práctica del colecho, donde los niños duermen con sus padres, ha ganado popularidad entre las familias. Algunas celebridades como Kourtney Kardashian han hablado abiertamente sobre esta costumbre, lo que ha generado un debate sobre los beneficios y riesgos de esta tendencia. Expertos en psicología infantil analizan las implicaciones de esta práctica y ofrecen recomendaciones sobre cuándo es apropiado que los niños duerman de forma independiente.

Descubriendo los Matices del Colecho: Desde la Infancia hasta la Adolescencia

Beneficios del Colecho en la Primera Infancia

Durante los primeros meses de vida, el colecho es ampliamente respaldado por pediatras y expertos en crianza. Esta práctica ofrece múltiples ventajas, como tranquilizar al bebé, fortalecer los vínculos emocionales y favorecer su desarrollo cerebral. En muchas culturas de Asia, África y América Latina, es común que padres e hijos compartan la cama hasta que el niño decida dormir solo. Por ejemplo, en Japón, las familias suelen compartir la cama hasta los seis años. UNICEF incluso recomienda que los bebés duerman en la misma habitación que sus padres hasta los seis meses de edad.

Estableciendo Límites: La Importancia del Equilibrio

Si bien el colecho puede ser beneficioso durante la crianza, los expertos coinciden en que es importante establecer un límite a medida que los niños crecen. La psicóloga María Luisa Ferrerós señala que a partir de los 5 años es común que los niños empiecen a buscar su propio espacio, aunque no existe una edad fija, ya que depende de la evolución de cada individuo. La psicóloga Carmen Romero advierte que si los niños son capaces de realizar actividades como comer o jugar solos, pero siguen necesitando dormir con los padres, es momento de replantear los hábitos, ya que el descanso es uno de los aspectos más cruciales en la vida de un menor.

Impacto de los Cambios Familiares en el Colecho

Los cambios en la estructura familiar también pueden influir en el deseo de compartir la cama. El testimonio de Nuria, madre de dos niñas, refleja cómo su separación llevó a que su hija mayor comenzara a colarse en su cama cada noche, mientras que su hija pequeña también pasaba algunas noches con ella o en la cama de la asistenta que vive en su casa. Estos cambios muestran cómo la búsqueda de seguridad y confort en momentos de incertidumbre puede llevar a los niños a querer compartir la cama con sus padres.

Riesgos del Colecho Prolongado

Aunque el colecho puede ser una práctica común, los expertos advierten sobre los riesgos de prolongarlo más allá de cierta edad. Ferrerós señala que cuando los niños continúan durmiendo con sus padres más allá de los 6 años, se corre el riesgo de fomentar una dependencia que afecta su autogestión. Los niños deben aprender a estar solos y encontrar su propio espacio, ya que podrían confundir roles y verse como iguales a sus padres. El testimonio de Dolores, madre de un adolescente de 14 años que aún vuelve a su cama una o dos veces por semana, muestra cómo esta práctica puede prolongarse, lo cual no es saludable.

Equilibrando el Apego y la Autonomía

Los expertos coinciden en que el equilibrio entre el apego y la autonomía es clave. Romero enfatiza la importancia de transmitir a los niños que la noche es un momento de calma y enseñarles a estar solos, con cariño y determinación, ya que los menores saben lo que quieren, pero no siempre lo que les conviene. Ferrerós agrega que los vínculos sanos se construyen durante el día y que, en familias desestructuradas, es más frecuente que se mantenga el colecho hasta edades avanzadas. Para alcanzar un equilibrio, es fundamental liberarse de la culpa y transmitir confianza, creando un vínculo sano durante el día y no pretendiendo compensar la falta de tiempo por la noche.