En los días previos a la asunción de Donald Trump como el 47º presidente de Estados Unidos, se especula sobre las posibles implicaciones para la industria automotriz argentina. El primer mandatario argentino, Javier Milei, tiene planes ambiciosos que incluyen la búsqueda de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, lo cual podría transformar drásticamente el panorama de importación de vehículos. Actualmente, pese a la apertura irrestricta de importaciones impulsada por el gobierno argentino, los autos estadounidenses siguen siendo un nicho de mercado debido a su elevado costo y al arancel del 35% impuesto a los productos extrazona. Este artículo explora cómo un eventual acuerdo podría cambiar este escenario.
La relación comercial entre Argentina y Estados Unidos está a punto de entrar en una nueva fase tras la toma de posesión de Trump. Entre los objetivos del gobierno argentino figura la reducción de barreras comerciales que dificultan la entrada de vehículos norteamericanos al país. La pick-up RAM 1500 lideró las ventas de vehículos importados desde EE.UU. en 2024, seguida de cerca por la Ford F-150. Sin embargo, estos modelos enfrentan desafíos significativos en términos de competitividad debido a los altos costos asociados con la importación. En particular, el arancel del 35% y otros impuestos adicionales aumentan considerablemente el precio final de estos vehículos en el mercado local.
Además de las pick-ups full size, otros modelos como el Honda CR-V y el Ford Kuga híbrido también han logrado cierto éxito en Argentina. A pesar de su crecimiento moderado, estos vehículos siguen luchando contra la competencia local y otras marcas internacionales debido a su alto precio. Por ejemplo, el Jeep Grand Cherokee, que ha experimentado un aumento exponencial en ventas, aún enfrenta retos considerables debido a los impuestos locales que elevan su precio hasta un 53,8% más. Esta situación limita su accesibilidad para el consumidor promedio.
Otro aspecto relevante es la llegada de nuevos modelos como el Ford Bronco Wild-Track V6 y el Mustang Mach-E, que introducen tecnología avanzada y opciones de propulsión alternativa en el mercado argentino. Sin embargo, incluso estos vehículos innovadores no están exentos de los obstáculos impositivos que afectan a la mayoría de los imports. Mientras tanto, marcas como Chevrolet empiezan a ofrecer sus pick-ups Silverado, aunque sus precios siguen siendo prohibitivos para muchos compradores potenciales.
Un acuerdo de libre comercio entre ambos países podría ser el catalizador necesario para revolucionar esta dinámica. Si se logra eliminar el arancel del 35%, los precios de los vehículos estadounidenses podrían reducirse significativamente, haciendo que estos modelos sean más accesibles para los consumidores argentinos. Esto no solo beneficiaría a los amantes de las pick-ups y SUVs de gran porte, sino que también podría impulsar la adopción de tecnologías más avanzadas y sostenibles en el sector automotriz del país.
Con la posibilidad de un acuerdo de libre comercio, el futuro de la industria automotriz argentina parece prometedor. La eliminación de barreras comerciales podría abrir las puertas a una mayor diversidad de vehículos estadounidenses, mejorando la competitividad del mercado y ofreciendo a los consumidores argentinos una gama más amplia de opciones. Además, la reducción de costos asociados con la importación podría fomentar un crecimiento económico significativo en el sector, beneficiando tanto a fabricantes como a compradores.