La compañía Prisa se encuentra en un momento crucial, con movimientos estratégicos que han alterado el panorama accionarial. Tras la conversión de bonos por valor de casi 50 millones de euros en nuevas acciones, Joseph Oughourlian, presidente y máximo accionista, refuerza su posición antes de la junta clave. Este jueves concluyó el período de conversión de bonos, destacándose la obligación del inversor armenio de notificar sus conversiones a la CNMV.
Además, los enfrentamientos internos han escalado tras la salida de Carlos Núñez y otros directivos, mientras un grupo liderado por Global Alconaba busca recuperar el control de la empresa. Con una ampliación de capital y un aumento del 23% en las acciones, las tensiones persisten, anticipándose cambios significativos en la próxima junta.
Joseph Oughourlian ha adoptado medidas para consolidar su poder dentro de Prisa mediante la conversión de bonos en acciones y la adquisición continua de títulos en el mercado. Su estrategia incluye no solo capturar nuevos instrumentos financieros, sino también modificar estructuras corporativas como la reducción del Consejo de Administración, lo cual podría limitar la influencia de otros accionistas tradicionales.
El inversor ha mostrado actividad constante en el mercado, comprando millones de acciones recientemente. Aunque la cantidad exacta de bonos convertidos aún no se ha revelado, es evidente que Oughourlian está aprovechando cada oportunidad para incrementar su participación en la empresa. Esta dinámica responde al deseo de asegurar un control firme frente a grupos rivales como Global Alconaba, quienes buscan debilitar su influencia mediante propuestas alternativas. La interacción entre estas decisiones financieras y corporativas define el entorno actual de Prisa.
Con la inminente celebración de la junta de accionistas, se espera que Prisa tome decisiones fundamentales sobre su estructura y liderazgo. Los planes incluyen ajustes en el Consejo de Administración, además de reforzar la posición de Oughourlian frente a otros intereses. Las tensiones entre diferentes facciones accionariales seguirán siendo un tema central en esta etapa crítica de la empresa.
El contexto actual refleja un enfrentamiento entre dos visiones estratégicas para el futuro de Prisa. Por un lado, Oughourlian defiende cambios radicales como la ampliación de capital y la exclusión parcial de algunos accionistas históricos. Por otro lado, Global Alconaba aboga por mantener cierta continuidad y estabilidad en la dirección de la empresa. Este conflicto determinará si Prisa continuará bajo la influencia predominante de Oughourlian o si surgirá un nuevo equilibrio de poder que permita un reparto más diverso de la representación accionarial.