Este martes, las acciones de Moët Hennessy Louis Vuitton (LVMH) experimentaron una caída significativa en la Bolsa de París, marcando un descenso del 7,82%. Esta fluctuación ocurrió tras la publicación de los resultados trimestrales de la empresa liderada por Bernard Arnault. El impacto no se limitó a LVMH; otras empresas relacionadas con el lujo también vieron disminuidas sus cotizaciones, afectando tanto a Europa como a España, donde Puig fue una de las más golpeadas.

La presentación de los informes financieros reveló un desempeño decepcionante para LVMH, con una facturación de 20.311 millones de euros durante el primer trimestre del año. Este monto refleja una reducción del 1,9% respecto al mismo período del año anterior. Las regiones mostraron comportamientos dispares: mientras Europa logró registrar un crecimiento modesto del 2%, otras áreas como Asia (excluyendo Japón), Estados Unidos y Japón experimentaron disminuciones considerables en sus ventas.

En este contexto adverso, Hermès destacó como una excepción positiva, cerrando su jornada con una ligera subida que le permitió superar a LVMH en valor bursátil. La compañía ahora ostenta un valor estimado de 248.600 millones de euros, superando ampliamente a su rival histórico.

El análisis de Bank of America añadió presión al sector, recortando sus previsiones de beneficios entre un 6% y un 8% para 2025 y 2026. Factores como la incertidumbre económica en Estados Unidos y la disminución del turismo chino en Japón han sido señalados como causas fundamentales de esta revisión a la baja.

Otras empresas emblemáticas del sector también sufrieron reacciones negativas en sus mercados locales, incluyendo Christian Dior, Kering y L’Oréal, cuyas acciones descendieron notablemente. A nivel global, Burberry en Londres y Prada en Hong Kong también registraron pérdidas significativas.

Con estos movimientos, el sector del lujo enfrenta un panorama lleno de desafíos. Aunque LVMH ha manifestado cierta "buena resistencia" frente a un entorno económico complicado, las señales actuales indican que el futuro próximo requerirá estrategias ajustadas para mitigar riesgos y recuperar confianza en los inversores.