El tenista australiano enfrentó un momento difícil durante su retorno al torneo de Indian Wells. Enfrentándose al jugador neerlandés Botic Van de Zandschulp, Kyrgios tuvo que abandonar el partido debido a una lesión en la muñeca que lo había estado aquejando desde los entrenamientos previos. Este contratiempo no solo interrumpió su actuación en el campo sino que también provocó un desbordamiento emocional, reflejado en las lágrimas que derramó tras el encuentro.
La lucha personal de Kyrgios se extendió más allá del partido. Expresó sus sentimientos durante la conferencia de prensa posterior, destacando el esfuerzo realizado para volver a competir y cómo este proceso representó uno de los mayores retos de su vida. A pesar de su determinación, el dolor persistente en la muñeca lo llevó a cuestionar su capacidad para continuar en el circuito. Sin embargo, el tenista subrayó que su amor por el deporte sigue intacto, y aunque ha considerado opciones fuera del tenis, reconoce que nada sería posible sin sus logros dentro de él.
Kyrgios enfatizó su deseo de seguir adelante, buscando formas de superar estos obstáculos y prepararse para futuros compromisos como el torneo de Miami. Aunque las fechas no son ideales, mantiene una actitud optimista sobre su recuperación y su regreso a la competencia. Su pasión por el tenis y su dedicación a superar los desafíos demuestran un espíritu indomable, inspirando a otros atletas a perseverar frente a las adversidades.