Un nuevo capítulo se ha abierto en el mundo de la moda. Con su llegada a Valentino, el diseñador ha presentado una colección que refleja su visión única y profunda del arte de vestir. El evento tuvo lugar en un edificio emblemático, donde la arquitectura neoclásica contrastaba con una atmósfera teatral y misteriosa. Antes de que comenzara el espectáculo, los invitados fueron recibidos por una pantalla que proyectaba un código web en rojo intenso, seguido de palabras que parecían surgir al azar pero que, en realidad, eran claves para entender la narrativa detrás de cada diseño.

La filosofía de Michele se manifiesta a través de cada prenda, explorando conceptos como la semiótica y el significado inherente a las listas. En su colección, cada vestido no es solo un objeto estético, sino también un nudo en una red de significados, una cartografía viva que conecta recuerdos visuales y simbólicos. Cuarenta y ocho vestidos, cuarenta y ocho historias entrelazadas en una exhibición que desafía las convenciones y celebra la singularidad de cada pieza.

Este debut marca un hito en la historia de Valentino, combinando tradición e innovación de manera magistral. La colección invita a reflexionar sobre la relación entre moda y cultura, sugiriendo que cada prenda puede ser un vehículo para expresar ideas más profundas. A través de su trabajo, Michele nos recuerda que la moda es más que apariencia; es una forma de comunicar, de contar historias y de conectar con nuestro pasado mientras miramos hacia el futuro.