La aplicación interactiva Lingokids ha llevado a cabo un experimento social único para exponer las complejas emociones que rodean el tiempo frente a las pantallas. En colaboración con Piel Studios, el director Diego Hurtado de Mendoza y el compositor Fernando Velázquez, se creó un cortometraje donde once padres reales fueron sometidos a un juicio ficticio. Sin saberlo previamente, estos padres compartieron sus inquietudes y sentimientos respecto a su rol como cuidadores digitales.
El resultado es una obra cinematográfica que no solo refleja la realidad de muchos hogares contemporáneos, sino que también pone en evidencia la presión social que enfrentan los padres al tomar decisiones sobre el uso de tecnologías por parte de sus hijos. Este proyecto demuestra cómo incluso aquellos que consideran haber hecho lo correcto pueden sentirse juzgados por terceros.
Según estudios recientes, más del 87% de los padres estadounidenses permiten que sus hijos utilicen dispositivos electrónicos. Sin embargo, esta práctica está acompañada de una sensación constante de culpa, ya que menos del 10% de ellos participan activamente en conversaciones con otros adultos acerca del manejo adecuado del tiempo frente a las pantallas. Estos datos subrayan una desconexión significativa entre la acción y la reflexión crítica.
Además, cerca del 46% de los encuestados indicaron sentirse obligados a entretener continuamente a sus hijos, mientras que el 77% mencionó sentirse evaluado por personas externas debido a las decisiones relacionadas con el acceso a tecnologías. Estas cifras ponen de relieve la necesidad urgente de normalizar estas discusiones y ofrecer soluciones prácticas.
Contrario a la percepción común, no toda exposición digital tiene un efecto negativo en el desarrollo infantil. Según expertos como la Dra. Mona, pediatra certificada, la clave radica en seleccionar contenidos que sean tanto educativos como entretenidos. Esto permite que los niños aprendan nuevas habilidades sin comprometer su bienestar emocional ni físico.
Por ejemplo, aplicaciones diseñadas específicamente para fomentar el aprendizaje temprano pueden convertirse en herramientas valiosas para los padres. Al elegir plataformas seguras y equilibradas, se puede mitigar considerablemente el impacto psicológico asociado con el uso prolongado de dispositivos. La integración consciente de la tecnología en la vida diaria puede incluso fortalecer los vínculos familiares cuando se utiliza como recurso compartido.
La campaña de Lingokids resalta que ser un buen padre no implica evitar completamente el uso de pantallas; más bien, se trata de encontrar un equilibrio saludable. A través de mensajes claros y accesibles, la marca anima a los padres a adoptar una mentalidad proactiva hacia la tecnología. Esto incluye reconocer que es aceptable delegar ciertas responsabilidades siempre y cuando se haga de manera informada.
Otro aspecto crucial destacado es la importancia de establecer límites claros desde el inicio. Al definir expectativas realistas sobre cuándo y cómo deben utilizarse los dispositivos, tanto los niños como los adultos pueden disfrutar de experiencias más positivas y productivas. Además, al compartir estas normas dentro de comunidades parentales, se ayuda a reducir el estigma asociado con este tema.