En México, las ventas de automóviles nuevos están mostrando una disminución significativa, mientras que la demanda por vehículos seminuevos está en aumento. Factores como la incertidumbre económica y los efectos residuales de la pandemia han influido en esta tendencia. Expertos destacan cómo este fenómeno está transformando el panorama del sector automotor.
Además, la oferta crediticia para autos usados está ganando fuerza entre los distribuidores, lo que podría marcar un nuevo ciclo en el mercado mexicano. Sin embargo, compradores deben considerar aspectos financieros específicos al optar por un vehículo seminuevo.
Las cifras actuales muestran una reducción del 2.1% en las ventas de autos nuevos en comparación con años anteriores. Esto se atribuye a factores económicos más amplios y a la ausencia de pedidos rezagados debido a problemas previos en cadenas de suministro.
Este declive es resultado tanto de una economía global menos dinámica como de expectativas negativas hacia el futuro inmediato. Según Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), la desaceleración económica lleva a consumidores a reconsiderar sus prioridades de compra. En contraste, los autos seminuevos ofrecen una alternativa más accesible, especialmente ante posibles escenarios recesivos. La falta de estímulos financieros para nuevos modelos también contribuye a este cambio.
Con la creciente preferencia por los autos seminuevos, el mercado está viendo nuevas oportunidades para distribuidores y consumidores por igual. Se espera un incremento en la oferta crediticia relacionada con este segmento, dada su mayor atractividad financiera.
Eric Ramírez, director para América Latina y el Caribe de Urban Science, menciona que la pandemia dejó unidades con menor kilometraje, mejorando su valor percibido. Aunque los créditos para autos usados tienden a ser más altos que los de nuevos, existen estrategias para optimizar la compra. Por ejemplo, adquirir un vehículo usado en efectivo o mediante planes de financiamiento cortos puede resultar ventajoso. Esta flexibilidad permite ajustar mejor las decisiones de compra a la realidad económica actual.