En un emocionante enfrentamiento, el equipo catalán logró imponerse frente a los italianos, aunque no fue suficiente para asegurar el ansiado basket-average. Desde el inicio del partido, ambos conjuntos mostraron un desempeño equilibrado, con una serie de canastas que reflejaban la competitividad presente en el Nou Congost. A pesar de las múltiples estrategias empleadas por ambos bandos, los locales mantuvieron una presencia constante gracias al juego interior liderado por Emanuel Cate, quien resultó crucial durante los primeros compases del encuentro.
El segundo cuarto marcó un giro significativo en el desarrollo del choque. Gracias a la destacada actuación ofensiva de Derrick Alston Jr., el Baxi Manresa comenzó a tomar ventaja notablemente. Sin embargo, los visitantes respondieron rápidamente mediante una lluvia de triples ejecutados por Michele Vitali, lo que reequilibró nuevamente el marcador. Este intercambio continuó hasta el descanso, dejando a los locales con una leve ventaja que les mantenía vivos en la lucha por avanzar a la siguiente fase del torneo.
La segunda mitad trajo consigo momentos decisivos donde los tiros exteriores volvieron a ser protagonistas, ahora bajo la mano precisa de Kwan Cheatham. Los italianos aprovecharon esta tendencia para recuperar la iniciativa temporalmente, pero pronto los manresanos ajustaron su defensa y aceleraron sus ataques, cerrando el tercer periodo con esperanzas renovadas. En los minutos finales, un arrollador impulso liderado por Alston Jr. amplió la diferencia, aunque errores desde la línea de tiros libres evitaron alcanzar la victoria necesaria para superar al Pallacanestro Reggiana en el average general.
Este resultado coloca al Baxi Manresa ante un desafío crucial en su próxima cita contra La Laguna Tenerife. La determinación mostrada durante el partido subraya la importancia de mantener el foco en cada detalle táctico y estratégico. Más allá del marcador final, este enfrentamiento demostró que el esfuerzo colectivo y la resiliencia pueden marcar la diferencia en competiciones exigentes como la Liga de Campeones. Es fundamental que los equipos continúen creciendo juntos, fortaleciendo tanto sus habilidades individuales como grupales para alcanzar metas más altas.
