Cómo Navegar el Divorcio de Manera Saludable para los Hijos

La separación o divorcio de los padres supone un momento de cambio y transición para todos los miembros de la familia, a menudo inesperado por los hijos. Esta nueva situación implica una redefinición del vínculo entre ambos progenitores y la necesidad de establecer una relación de coparentalidad cooperativa, en lugar de competitiva, para minimizar el impacto negativo en los hijos y seguir contribuyendo a su crecimiento y bienestar.

Guía Práctica para Acompañar a los Hijos en el Proceso de Divorcio

Entender las Reacciones Emocionales de los Hijos

Cada niño o adolescente reacciona de manera diferente ante la separación o el divorcio de los padres, dependiendo de su edad, personalidad y circunstancias. Sin embargo, es común que experimenten una sensación general de desconcierto, acompañada de sentimientos como conmoción, tristeza, frustración, rabia y preocupación. Estos sentimientos son normales y adaptativos, y es importante validarlos y acompañarlos en el proceso de duelo y readaptación.En el caso de los adolescentes, hay que tener en cuenta que se encuentran en una etapa de desarrollo de su identidad, lo que puede generar cambios drásticos en la relación con sus progenitores. Es fundamental brindarles el apoyo y la comprensión necesarios durante este período de transición.

Comunicar la Noticia de Manera Efectiva

Dar la noticia de la separación o el divorcio a los hijos es todo un reto para los padres, independientemente de la etapa del desarrollo en la que se encuentren. Es importante que ambos progenitores estén presentes durante la conversación, expliquen conjuntamente lo sucedido y se adapten a la edad, grado de madurez y temperamento del niño o la niña.Un mensaje fundamental a transmitir es que lo ocurrido es un asunto entre la madre y el padre, y que el hijo o hija no es culpable en absoluto. Además, es crucial asegurarles que ambos padres seguirán involucrados en su vida y que mantendrán una relación saludable.

Establecer una Coparentalidad Cooperativa

La ruptura del vínculo de pareja implica la necesidad de redefinir la relación entre ambos progenitores, quienes deberán decidir qué tipo de relación quieren mantener a partir de ese momento y cómo se organizarán respecto a la crianza de los hijos.Si los padres logran establecer una relación de coparentalidad cooperativa, en lugar de competitiva, podrán minimizar las repercusiones negativas en los hijos y seguir contribuyendo a su crecimiento y bienestar. Esto implica mantener una comunicación efectiva, respetar mutuamente las decisiones y evitar involucrar a los hijos en los conflictos.

Acompañar a los Hijos en el Proceso de Adaptación

Es importante reconocer que el proceso de adaptación a la nueva situación familiar requiere tiempo, tanto para los padres como para los hijos. Como padres y madres, pueden acompañar emocionalmente a sus hijos, validando sus sentimientos y ayudándoles a transitar por este cambio.Aunque el divorcio puede ser un proceso doloroso y que implica adaptarse a nuevas circunstancias, al cabo del tiempo puede hacer a los hijos más flexibles y tolerantes. La gran mayoría de los niños superan la crisis familiar y salen reforzados y más maduros.

Priorizar el Bienestar de los Hijos

Durante el proceso de divorcio, es fundamental que los padres prioricen el bienestar de los hijos por encima de cualquier otro interés. Esto implica evitar utilizar a los niños como testigos, mensajeros o árbitros de las discusiones entre progenitores, así como abstenerse de criticar o menospreciar al otro padre en su presencia.Asimismo, es importante brindar a los hijos el apoyo emocional necesario, sin intentar evitar que la separación les afecte o invalidar sus emociones. En su lugar, se les debe dar permiso para aceptar nuevas parejas del otro progenitor y asegurarles que pueden seguir amando a ambos padres.