En un ambiente festivo y emocionante, el boxeador catalán Sandor Martín se despidió de sus seguidores antes de enfrentarse al combate más significativo de su carrera. El evento tuvo lugar en el Boxeo Vega Center de Rubí, Barcelona, donde el atleta realizó una sesión de entrenamiento abierta al público. Acompañado por figuras destacadas como Julio Salinas, con quien compartió ring en el pasado, y rodeado de prensa y admiradores, Martín aprovechó la ocasión para mostrar su preparación y confianza ante el desafío que se avecina. Este jueves, bajo la melodía del Alan Parsons Project, el púgil demostró su determinación y profesionalismo frente a un auditorio entusiasmado.
El campeón mundial número uno del ránking no solo se dedicó a entrenar, sino que también interactuó con los presentes, respondiendo a cada solicitud con una sonrisa y una actitud positiva. Con un humor ingenioso, bromeó sobre la posibilidad de perder un guante durante la exhibición, asegurando que eso sería un signo de victoria para su oponente. Sin embargo, la gravedad estuvo de su lado, y pudo continuar con su rutina sin contratiempos. Posteriormente, tomó el micrófono y expresó su convicción de lograr su gran sueño: ganar el título mundial superligero del CMB. "La semana que viene voy a luchar por lo que siempre he anhelado", declaró con firmeza, prometiendo celebrar junto a todos al regresar.
Entre aplausos y vítores, Sandor Martín cerró la velada con una nota de optimismo y esperanza. Su mirada iluminada reflejaba la cercanía de su meta, y cada gesto transmitía la certeza de que está listo para conquistarla. Este momento marca el inicio de una nueva etapa en su vida, llena de expectativas y oportunidades. La próxima semana, cuando se enfrente a Alberto Puello en el Barclays Center de Brooklyn, llevará consigo el apoyo incondicional de todos aquellos que han creído en él desde el principio. Un triunfo no solo representará un logro personal, sino también una inspiración para todos los que persiguen sus propios sueños con dedicación y pasión.