El martes marcó un día inesperado para la tenista española Nuria Párrizas, quien sufrió una contundente derrota en su tercer intento en el Abierto de Australia. La victoria recayó sobre Iva Jovic, una jugadora estadounidense de 17 años que participaba por invitación del torneo. Este resultado no solo destaca la sorpresa en el mundo del tenis, sino también la prometedora carrera de Jovic, quien demostró habilidades notables frente a una competidora más experimentada.

Jovic, clasificada en el puesto 191 del mundo, enfrentó a Párrizas, de 33 años y en el puesto 99, con una confianza impresionante. El partido duró apenas una hora y veintiséis minutos, durante los cuales Jovic logró imponerse con puntuaciones de 6-2 y 6-1. Aunque ya había conseguido una victoria previa en un Gran Slam contra la polaca Magda Linette en el US Open, esta fue una demostración significativa de su progreso. Su desempeño anterior en Melbourne, donde no pasó de la primera ronda en la competición júnior, contrasta con sus logros posteriores en Roland Garros, Wimbledon y el US Open.

La actuación de Jovic en la cancha fue destacable, marcando 25 golpes ganadores y cometiendo solo 12 errores no forzados. Esta victoria no solo refleja su talento emergente, sino también su capacidad para competir en un nivel más alto. Para su próximo partido, programado para el jueves, Jovic se enfrentará a Elena Rybakina, sexta cabeza de serie, quien también avanzó tras vencer a Emerson Jones en un encuentro rápido.

Este resultado en el Abierto de Australia subraya la naturaleza impredecible del deporte y cómo las jóvenes promesas pueden surgir como fuerzas dominantes. La victoria de Jovic es un recordatorio de que cada partido puede ser una oportunidad para brillar, independientemente de la experiencia o el ranking de los jugadores.