En un enfrentamiento clave de la liga, el Movistar Estudiantes cayó ante el HLA Alicante con un marcador final de 88-77. Este revés marca la cuarta derrota consecutiva para el equipo colegial dirigido por Natxo Lezkano, evidenciando serias dificultades defensivas y una falta de consistencia en momentos decisivos. El partido se disputó en el pabellón Pedro Ferrándiz, donde los locales demostraron su fortaleza al obtener su décima victoria en los últimos once partidos. A pesar de un inicio prometedor, los madrileños sucumbieron ante un rival que supo aprovechar sus debilidades.
El encuentro comenzó con un primer cuarto favorable para el Movistar Estudiantes, liderado por un sólido control defensivo y una efectividad ofensiva que les permitió cerrarlo con ventaja (16-24). Sin embargo, el segundo periodo marcó un cambio radical en el desarrollo del juego. Los anfitriones ajustaron su estrategia, reduciendo drásticamente la producción ofensiva colegial hasta solo seis puntos en los ocho minutos finales antes del descanso. Este colapso permitió a los alicantinos imponerse con un parcial de 17-6 y tomar las riendas del partido.
Tras el descanso, el HLA Alicante continuó dominando gracias a un Larsen intratable y aportes claves de Kancinas y Mwena. Aunque el Movistar Estudiantes intentó reaccionar mediante Schmidt, las fallas defensivas volvieron a hacer acto de presencia, dejando escapar cualquier oportunidad de remontada. En los minutos finales, triples precisos y una zona nerviosa por parte de los visitantes ampliaron la distancia hasta un +14, consolidando la victoria local.
Este resultado refleja preocupantes tendencias dentro del equipo colegial. Desde hace meses, problemas defensivos persisten, afectando directamente su estabilidad en competiciones clave. Si bien algunos jugadores mantienen un nivel aceptable en ataque, la falta de cohesión grupal impide que estos esfuerzos fructifiquen en resultados positivos. La temporada avanza, y mientras rivales directos escalan posiciones, el Movistar Estudiantes parece estancarse en una dinámica negativa.
La situación obliga a reflexionar sobre el futuro inmediato del equipo. Con cinco años consecutivos en la Primera División FEB, la presión aumenta para Natxo Lezkano y su plantel. Si no logran revertir esta mala racha pronto, el descenso podría convertirse en una amenaza real. Solo cambios significativos en estrategia y mentalidad evitarán que este año termine siendo otro desafío más en su historia reciente.