El gobierno liderado por Donald Trump ha implementado una medida polémica al suprimir los servicios de traducción dentro del Departamento de Seguridad Nacional. Esta decisión impactará significativamente a innumerables inmigrantes que requieren asistencia para verificar su situación laboral y acceder a beneficios esenciales. Programas fundamentales como E-Verify y SAVE, ampliamente utilizados por empleadores y agencias gubernamentales, enfrentan restricciones comunicativas que podrían generar graves consecuencias legales y económicas para muchos trabajadores.
La eliminación de estos recursos lingüísticos forma parte de un ajuste presupuestario impulsado por la administración Trump. Según informes filtrados, agentes del USCIS ya no tendrán acceso a intérpretes ni la opción de transferir llamadas a colegas bilingües cuando se comuniquen con personas que no hablen inglés. Este cambio pone en riesgo tanto la precisión como la justicia en procesos migratorios cruciales.
Además, expertos en derechos de inmigrantes advierten sobre posibles errores masivos derivados de esta medida. Adriel Orozco, representante del American Immigration Council, resalta cómo esta acción puede complicar aún más la vida de familias que buscan resolver problemas relacionados con su estatus legal, aumentando el peligro de despidos injustificados o pérdida de beneficios.
Este anuncio ocurre mientras se prepara la designación de Joseph Edlow como nuevo líder del USCIS. Aunque la agencia permanece callada ante las crecientes preocupaciones, comunidades dependientes de estos servicios experimentan incertidumbre y temor frente al futuro de sus interacciones oficiales.
Con este movimiento, se anticipa un panorama complejo donde barreras lingüísticas podrían exacerbar dificultades ya existentes en procedimientos migratorios, afectando profundamente la estabilidad económica y personal de numerosas familias establecidas legalmente en Estados Unidos.