Quito Implementa Sanciones por Exceso de Velocidad: ¿Seguridad o Recaudación?
A partir del 29 de julio de 2024, el Municipio de Quito implementará sanciones para los conductores que excedan los límites de velocidad. Esta medida, cuyo objetivo es reducir el alto índice de siniestralidad en las vías, ha generado una ola de reacciones entre los quiteños. Mientras las autoridades buscan mejorar la seguridad vial, los ciudadanos expresan su desconfianza y cuestionan la efectividad de los controles.¿Una Solución Efectiva o un Pretexto para Recaudar Más?
Desconfianza en las Autoridades
La principal crítica de los ciudadanos se centra en la desconfianza hacia las autoridades encargadas de implementar y supervisar las sanciones. Muchos quiteños asumen que los controles de velocidad se efectuarán principalmente para aumentar la recaudación de multas, en lugar de mejorar la seguridad vial. Esta percepción se ve alimentada por la creencia de que la medida incrementará la corrupción entre los agentes de control de tránsito.Los ciudadanos cuestionan la transparencia y la integridad de las autoridades responsables de aplicar estas sanciones. Existe la preocupación de que los controles de velocidad se utilicen como una herramienta para generar ingresos, en lugar de priorizar la seguridad de los usuarios de la vía. Esta desconfianza en las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley es un obstáculo importante para la aceptación y el éxito de la medida.Efectividad Cuestionada
Además de la desconfianza en las autoridades, los ciudadanos también cuestionan la efectividad de la medida. Muchos consideran que los controles de velocidad no se enfocarán en los verdaderos causantes de los siniestros, como los conductores de buses, quienes son frecuentemente señalados como responsables de los accidentes viales. Existe la percepción de que la reducción de velocidad afectará principalmente a los vehículos livianos, mientras que el transporte público, que representa un porcentaje significativo del parque automotor, seguirá operando a altas velocidades.Los quiteños también expresan preocupación por el impacto que la reducción de velocidad tendrá en la movilidad urbana. Muchos temen que la ciudad se vuelva más lenta y que el tráfico aumente, lo que podría afectar negativamente la eficiencia del desplazamiento de los ciudadanos.Beneficios Poco Claros
A pesar de que la medida busca beneficiar a peatones y ciclistas, quienes son los más vulnerables en las vías, la mayoría de los ciudadanos no percibe esta intención. La falta de confianza en las autoridades y la creencia de que la medida no se aplicará de manera efectiva hacen que pocos asuman que la reducción de velocidad realmente contribuirá a la seguridad de estos grupos.Los quiteños expresan su escepticismo sobre los verdaderos objetivos de la iniciativa. Muchos consideran que la reducción de velocidad es una medida superficial que no aborda las raíces del problema de la seguridad vial, como la falta de infraestructura adecuada, la educación vial deficiente y la necesidad de un mayor control sobre el transporte público.Desafíos para las Autoridades
Las propias autoridades son conscientes de los desafíos que enfrentan para implementar esta medida de manera efectiva. La Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) ha reconocido la necesidad de limpiar su imagen de corrupción y realizar una depuración interna para garantizar que los controles se apliquen de manera justa y transparente.Para que esta medida tenga un impacto positivo en la seguridad vial, es fundamental que las autoridades trabajen en mejorar su imagen y credibilidad, así como en garantizar que los controles se apliquen de manera justa y transparente. Solo así podrán recuperar la confianza de la ciudadanía y demostrar que la reducción de velocidad realmente contribuirá a la seguridad de todos en las vías.