En abril, las ventas de Tesla continuaron descendiendo en los principales mercados europeos de vehículos eléctricos, incluso tras la introducción de una versión renovada de su modelo más popular. En Reino Unido, por ejemplo, solo se registraron 512 nuevos vehículos, lo que representa una reducción del 62% respecto al mismo período del año anterior. Este declive fue aún más pronunciado en países como Dinamarca, Países Bajos y Suecia, donde las cifras cayeron en al menos dos tercios. La compañía enfrentó desafíos adicionales debido a interrupciones en la producción global, incluyendo en Alemania, lo que afectó significativamente sus resultados trimestrales.
El impacto de estos cambios en la línea de producción ha sido notable. Las fábricas de ensamblaje han tenido que adaptarse a la fabricación del rediseñado Model Y, lo que generó retrasos considerables en varias semanas durante el primer trimestre del año. Estas dificultades operativas contribuyeron a un desempeño comercial decepcionante, marcando el peor rendimiento trimestral desde 2022. Aunque Tesla está actualizando su portafolio con modelos innovadores, factores externos también parecen influir en su rendimiento. Por ejemplo, las decisiones políticas internacionales respaldadas por figuras como Elon Musk y Donald Trump podrían estar afectando negativamente la percepción de la marca.
En España, la situación no es diferente. Según datos recientes publicados por Cinco Días, Tesla experimentó una caída del 36,1% en sus ventas en abril y un descenso acumulado del 16,6% en lo que va del año 2025. A pesar de esta tendencia bajista, el Model 3 sigue siendo el vehículo eléctrico más vendido en el país, aunque con un decremento del 9,7% en comparación con el mismo período del año anterior.
Este panorama refleja un momento crítico para Tesla. Los inversores han mostrado preocupación ante estos resultados, con una disminución del 1,9% en el valor de las acciones antes del inicio de la sesión bursátil. Desde su máximo histórico alcanzado a mediados de diciembre, la acción ha perdido un 42%. Tales números subrayan la necesidad urgente de estrategias efectivas para revertir esta tendencia y consolidar nuevamente su posición en el mercado.
La evolución de Tesla en Europa pone de relieve tanto sus éxitos pasados como los desafíos actuales. Para recuperar el terreno perdido, será crucial abordar no solo los problemas operativos, sino también adaptarse mejor a las expectativas cambiantes de los consumidores europeos. Esta combinación de innovación y sensibilidad al mercado podría ser clave para restaurar la confianza tanto de los clientes como de los inversores.