Un incidente de inseguridad urbana sacudió al fútbol brasileño cuando el arquero argentino Agustín Rossi, perteneciente al Flamengo, fue víctima de un intento de asalto. Durante su retorno a Río de Janeiro tras un compromiso por la Copa Libertadores, Rossi experimentó una situación traumática en la autopista Linha Amarela. El vehículo blindado en el que viajaba sufrió cuatro disparos, aunque afortunadamente no hubo heridos. Este episodio ha generado preocupación sobre la seguridad en la ciudad y llevado al club a revisar sus protocolos de protección.
En una madrugada cargada de tensión, poco después de las 5:30 horas del jueves, la rutina del portero argentino Agustín Rossi cambió drásticamente. Tras el regreso del equipo desde Santiago del Estero, Argentina, donde habían igualado frente al Central Córdoba, varios vehículos del plantel fueron blanco de un intento de robo mientras transitaban por la Linha Amarela, cerca del barrio Bonsucesso. En este tramo conocido por su peligrosidad, delincuentes armados abrieron fuego contra los automóviles.
El auto blindado que transportaba al destacado futbolista recibió cuatro impactos de bala: uno en el parabrisas, dos en la puerta lateral y otro en el espejo retrovisor. Según declaraciones de Miguel González, representante de Rossi, el ataque inicial no estaba dirigido hacia él, pero una maniobra evasiva realizada por el conductor del vehículo delantero desencadenó el tiroteo. Aunque el susto fue grande, Rossi y su acompañante salieron ilesos gracias a la protección del vehículo.
Flamengo emitió un comunicado oficial confirmando el incidente y anunciando que colaboraría con las autoridades locales para identificar a los responsables. La Policía Militar intensificó operativos en la zona, aunque hasta el momento no se han revelado avances significativos en la investigación. Este hecho ha puesto en evidencia nuevamente los desafíos de seguridad que enfrentan los habitantes y visitantes de Río de Janeiro.
Desde entonces, Rossi ha expresado públicamente su gratitud por el apoyo recibido y aseguró que tanto él como su familia están bien tras el incidente. Su representante indicó que, aunque el caso generó temor, no parece que vaya a influir en su decisión de continuar jugando en Brasil.
El club también aprovechó la ocasión para reevaluar sus estrategias de seguridad, especialmente para desplazamientos nocturnos o matutinos.
Con respecto a la agenda deportiva, Flamengo retomará sus entrenamientos preparándose para enfrentar partidos clave tanto en la Copa Libertadores como en el Brasileirao.
Este evento ha dejado claro que incluso figuras públicas pueden verse afectadas por la inseguridad urbana, resaltando la importancia de medidas preventivas más robustas.
Desde la perspectiva de un periodista, este incidente refleja cómo la violencia urbana puede interrumpir la vida cotidiana de cualquiera, sin importar su estatus social. Si bien Rossi y su equipo lograron salir indemnes, esta experiencia subraya la necesidad urgente de mejorar las condiciones de seguridad en Río de Janeiro. Los clubes deportivos deben adoptar nuevas tácticas para proteger a sus jugadores, quienes no solo son profesionales reconocidos sino también ciudadanos vulnerables ante situaciones impredecibles.