El gobierno argentino ha tomado una decisión trascendental al poner fin al control de cambios, permitiendo que el peso fluctúe libremente. Esta medida histórica, anunciada por el ministro de Economía Luis Caputo, incluye un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recapitalizar el Banco Central y fortalecer la economía del país. Este cambio se produce en medio de desafíos financieros globales y locales.
En un anuncio significativo, el ministro Caputo reveló que el próximo lunes se terminará con el controvertido sistema de control de cambios implementado en 2019. Según él, esta política ha obstaculizado gravemente el funcionamiento normal de la economía argentina. Con este paso, el gobierno busca revitalizar la inversión extranjera directa y consolidar el crecimiento económico nacional, destacando un aumento del seis por ciento en 2024.
El Banco Central estableció nuevas reglas para la cotización del dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC), donde podrá oscilar entre $1.000 y $1.400 pesos. Además, eliminó restricciones a las personas físicas y flexibilizó los plazos para operaciones comerciales internacionales. Estas acciones buscan reducir la inflación, que registró un preocupante incremento del 3,7% en marzo.
Para respaldar estas medidas, Argentina recibirá un préstamo de 20.000 millones de dólares del FMI, con 15.000 millones disponibles para uso inmediato en 2025. También contará con apoyo financiero adicional de instituciones como el Banco Mundial, el BID y la CAF. Este movimiento ha encontrado el respaldo de Estados Unidos, evidenciado por la visita próxima del secretario del Tesoro Scott Bessent a Buenos Aires.
Con este ambicioso plan, el gobierno argentino espera no solo estabilizar su economía sino también abrir nuevas oportunidades de inversión y desarrollo. Aunque el camino parece promisorio, será crucial monitorear cómo estos cambios impactan tanto en el corto como en el largo plazo.