Día del Padre. Aunque ellos asumen más tareas con los hijos, aún tienen un largo camino para equiparse con las madres

Jun 16, 2024 at 11:20 AM
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Padres Más Presentes, Pero Aún Desiguales

En los últimos años, se ha observado un aumento en la participación de los padres en el cuidado de sus hijos, con una tendencia creciente en su involucramiento. Sin embargo, persisten desigualdades en la distribución de las tareas de crianza, donde las madres siguen asumiendo una mayor carga. Este artículo explora los avances y los desafíos que enfrentan las familias en la búsqueda de una corresponsabilidad más equitativa en el cuidado de los hijos.

Padres más presentes, pero aún queda camino por recorrer

Avances en la participación de los padres

Según estudios recientes, se observa una tendencia creciente en el involucramiento de los padres en el cuidado de sus hijos. Mientras que en 2008 solo el 19% de los padres señalaba haberse encargado del cuidado de sus hijos el día anterior a la encuesta, esta proporción aumentó al 44% en 2023, más que duplicándose en los últimos 15 años.Esta mayor participación de los padres se manifiesta principalmente en las tareas de cuidado asociadas con el "afuera del hogar", como llevar o recoger a los niños de la escuela o de actividades extracurriculares. Sin embargo, su participación en tareas del "adentro del hogar", como la preparación del uniforme o la ropa, sigue siendo menor y recae principalmente en las madres.

Persistencia de la desigualdad en la distribución de tareas

A pesar de estos avances, los estudios muestran que las mujeres siguen asumiendo una mayor carga en las tareas de cuidado y domésticas. Según el informe del Uso del Tiempo de la organización Grow, las madres dedican en promedio 7,5 horas diarias a estas tareas, mientras que los padres solo 3,9 horas.Las mujeres destinan más tiempo a la limpieza del hogar, al cuidado de los hijos y al acompañamiento en sus tareas escolares. Además, se señala que los hombres duermen más, dedican más tiempo al trabajo remunerado y pueden destinar más tiempo al ocio.Esta desigualdad se acentúa aún más en las familias con hijos de hasta 12 años, donde las mujeres dedican más de 4 horas más que los hombres a las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas.

La carga mental, un obstáculo por superar

Uno de los principales desafíos que enfrentan las familias es la desigual distribución de la carga mental, que recae principalmente en las mujeres. Ellas deben indicar a los hombres qué tareas hacer y cómo desarrollarlas, lo que les genera una mayor carga cognitiva y emocional.Los padres entrevistados reconocen que esta carga mental es muy desigual y que es importante visibilizar que las mujeres no nacen con una habilidad innata para pensar en varias cosas al mismo tiempo. Consideran que los hombres también pueden y deben hacerse cargo de esta dimensión del cuidado.

Los mandatos de género, un obstáculo cultural

Los expertos señalan que los mandatos tradicionales de masculinidad son un obstáculo importante para el ejercicio de una paternidad más presente y corresponsable. Estos mandatos ubican a los padres en el rol de autoridad y sostén del hogar, pero no de cuidado, lo que dificulta su involucramiento en estas tareas.Además, los estereotipos de género "juegan un rol disciplinador" al no permitir a los hombres ser vulnerables o expresar emociones, lo que limita su desarrollo como padres cuidadores.Para promover una corresponsabilidad en los cuidados, es necesario cuestionar estos mandatos y patrones culturales que asignan el cuidado al ámbito de lo femenino.

Políticas públicas y cambio cultural, claves para la igualdad

Los expertos coinciden en que, para avanzar hacia una mayor igualdad en la distribución de las tareas de cuidado, se requiere tanto de políticas públicas que garanticen la posibilidad de cuidar, como de un trabajo cultural que vincule a los hombres con la crianza y el cuidado desde temprana edad.Esto implica, por ejemplo, promover licencias de paternidad y de cuidados en general, así como fomentar una socialización de los niños y jóvenes que les permita desarrollar habilidades y actitudes asociadas tradicionalmente al cuidado.Solo a través de una revisión fundamental de las estructuras de poder, las políticas y las normas sociales en torno al trabajo de cuidados remunerado y no remunerado, se podrá avanzar hacia una sociedad más equitativa, donde el cuidado sea central en la vida de mujeres y hombres.