Irán en la encrucijada: ¿Moderación o radicalismo?
Irán se encuentra en un momento crucial de su historia, con la celebración de elecciones presidenciales que enfrentan a dos candidatos con visiones diametralmente opuestas. Por un lado, Masud Pezeshkian, un político moderado y reformista, y por el otro, Saeed Jalilí, un funcionario ultraconservador y radical. La elección de uno u otro marcará el rumbo del país persa durante los próximos cinco años.¿Hacia una nueva era de diálogo o de confrontación máxima?
La herencia de Raisí y la crisis económica
Tras la muerte del presidente Ebrahim Raisí en un accidente de helicóptero, Irán se encuentra en una encrucijada. Raisí, un ultraconservador, dejó un país sumido en una profunda crisis económica y social, agravada por las sanciones internacionales y la represión de las protestas ciudadanas. La población iraní, cansada de esta situación, ha optado en gran medida por abstenerse y boicotear estas elecciones, lo que ha llevado a un récord negativo de participación.Los candidatos: Pezeshkian, el moderado, y Jalilí, el radical
Masud Pezeshkian y Saeed Jalilí se enfrentan en esta segunda vuelta electoral. Pezeshkian, un político relativamente desconocido hasta ahora, se presenta como una alternativa moderada y reformista, dispuesto a buscar fórmulas que reduzcan las tensiones con Occidente y permitan la retirada de las sanciones. Por el contrario, Jalilí, el favorito del líder supremo Alí Jameneí, aboga por una política de confrontación máxima contra Estados Unidos.La sombra de Jameneí y el poder real del presidente
Aunque el presidente iraní y su gobierno pueden marcar el tono de las políticas domésticas e internacionales, la verdadera toma de decisiones recae en manos del líder supremo, Alí Jameneí. Jameneí, que ostenta su cargo desde 1989, es el máximo responsable de la facción ultraconservadora y radical dentro del régimen. Por lo tanto, independientemente de quién resulte elegido, Jameneí mantendrá el control sobre las decisiones más importantes.El dilema de los votantes: el mal menor
Ante esta disyuntiva, muchos iraníes han optado por votar a Pezeshkian como el "mal menor", con la esperanza de evitar que Jalilí, el candidato favorito de Jameneí, se alce con la victoria. Algunos votantes han expresado su temor a que una victoria de Jalilí, junto con un eventual triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, pueda suponer una situación "horrible" y "peligrosa" para la seguridad mundial.Las apuestas de los candidatos: diálogo o confrontación
Durante la campaña, Jalilí se ha mostrado partidario de una política de confrontación máxima contra Estados Unidos, mientras que Pezeshkian ha apostado por buscar fórmulas que reduzcan las tensiones, tanto con Washington como con Israel, y que permitan la retirada de las sanciones. Sin embargo, la capacidad de ambos candidatos para implementar estas políticas está limitada por el poder real que ostenta el líder supremo, Alí Jameneí.En resumen, las elecciones presidenciales de Irán se perfilan como un momento crucial en la historia del país, con dos candidatos que representan visiones opuestas sobre el futuro del régimen. La decisión de los votantes, aunque limitada por la sombra de Jameneí, tendrá un impacto significativo en la dirección que tome Irán en los próximos años, ya sea hacia una mayor moderación y diálogo, o hacia una confrontación aún más agresiva con Occidente.