La noche del escrutinio electoral se tiñó de historia cuando los datos preliminares revelaron que Claudia Sheinbaum se perfilaba como la próxima mandataria de México, superando por un amplio margen a su más cercana competidora, Xóchitl Gálvez. La distancia entre ambas candidatas presagiaba un cambio sin precedentes en la nación.
La contienda electoral culminó con la aceptación de Gálvez, quien reconoció la tendencia irreversible a favor de Sheinbaum, allanando el camino para que esta última se convirtiera en la primera presidenta en la historia mexicana.
Claudia Sheinbaum Pardo, nacida en la Ciudad de México en una familia con raíces judías, se nutrió de un ambiente intelectual y políticamente activo. Sus padres, inmigrantes de Europa del Este, participaron en movimientos estudiantiles que desafiaron el status quo político de su tiempo.
Sheinbaum siguió los pasos de sus progenitores, no solo en su compromiso con la academia, obteniendo un doctorado en Ingeniería Energética, sino también en su participación en movimientos estudiantiles de izquierda, sentando las bases de su futura carrera política.
La carrera científica de Sheinbaum se distinguió por su enfoque en la sostenibilidad y el medio ambiente. Su trabajo como parte del equipo que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007 por sus contribuciones al Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) resalta su compromiso con la investigación y la innovación.
Además, su labor como asesora en temas energéticos y su vinculación con la UNAM como investigadora asociada consolidaron su reputación como una experta en su campo.
La transición de Sheinbaum de la academia a la política se materializó a principios del milenio cuando se unió al gabinete de Andrés Manuel López Obrador. Su afiliación al PRD y posteriormente a MORENA, partido que ayudó a fundar, fue el preludio de su ascenso político.
La confianza depositada en ella por López Obrador, al ofrecerle la cartera de Medio Ambiente en su campaña presidencial de 2012, y su elección como jefa delegacional de Tlalpan, fueron hitos que marcaron su trayectoria hacia la presidencia.
El camino político de Sheinbaum no estuvo exento de obstáculos. La tragedia del terremoto de 2017 y el colapso de un colegio en Tlalpan pusieron a prueba su liderazgo y capacidad de gestión ante situaciones críticas.
Asimismo, el accidente en la línea 12 del metro durante su mandato como jefa de Gobierno de Ciudad de México fue otro momento desafiante que enfrentó, con consecuencias fatales que generaron un intenso escrutinio público.
La determinación de Sheinbaum la llevó a renunciar a su cargo en la capital para competir por la presidencia. Su victoria en las primarias de MORENA y su liderazgo en las encuestas de intención de voto culminaron en su triunfo en las elecciones presidenciales, confirmando los pronósticos que la favorecían.
La coalición 'Sigamos haciendo historia' se convirtió en el vehículo de su éxito, y la jornada electoral del 2 de junio selló su destino como la primera mujer presidenta de México.
En el plano personal, Sheinbaum vivió tres décadas de matrimonio con el sociólogo Carlos Ímaz Gispert, con quien tuvo una hija. Tras su divorcio, su vida amorosa tomó un nuevo rumbo al casarse con Jesús María Tarriba Unger, con quien compartió sus años de formación universitaria.
La historia personal de Sheinbaum, marcada por la diversidad cultural de su familia y su reciente enlace matrimonial, complementa el perfil de una líder que ha roto moldes en la política mexicana.