Blanca Lacasa, escritora: “La complejidad del vínculo entre madre e hija es una consecuencia directa del patriarcado”

Jul 11, 2024 at 7:13 PM
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Rompiendo el Vínculo Materno-Filial: Un Viaje Hacia la Liberación

Aunque la familia se idealiza como un refugio de seguridad, bienestar y amor incondicional, para algunas personas, sus relaciones familiares, especialmente con padres o madres, representan una fuente de sufrimiento y violencia. Estos vínculos tóxicos no solo impactan en la infancia, sino que continúan en la vida adulta, llevando a veces a la decisión de romper definitivamente esos lazos.

Desafiando las Expectativas Sociales: Cuando las Hijas Toman el Control

### La Perpetua Niñez y la Inmortalidad MaternaLa sociedad ha impuesto una visión idealizada de las relaciones materno-filiales, donde se espera que sean seguras, incondicionales y eternas. Sin embargo, la realidad demuestra que esto no siempre es así. Blanca Lacasa, periodista y escritora, reflexiona sobre cómo esta percepción distorsionada dificulta que las hijas y las madres puedan evolucionar y adaptar su vínculo a las diferentes etapas de la vida.Lacasa señala que existe un fuerte sesgo de género en el que el patriarcado sigue operando. Se asume que las mujeres deben asumir la maternidad como una parte crucial de su identidad, lo que hace difícil que puedan desprenderse de ese rol. Esto se traduce en que las hijas son vistas como "niñas perpetuas" y las madres como "inmortales", impidiendo que la relación pueda transformarse en una de dos adultas que se relacionan por voluntad propia.### La Exigencia de la PerfecciónLa autora explica que la exigencia de las hijas hacia sí mismas y hacia sus madres tiene múltiples orígenes. Por un lado, está el legado de los sesgos de género, donde históricamente se ha educado a las mujeres para buscar la perfección y cuidar de los demás. Esta presión se ha transmitido de generación en generación, llevando a las madres a exigirse a sí mismas estar disponibles para todo y hacerlo todo de manera impecable. Cuando las madres se incorporan al mercado laboral, deben ser también excelentes profesionales y mantener una apariencia perfecta. Esta carga se traslada a las hijas, quienes sienten el peso social de tener que ser perfectas.Por otro lado, el constructo cultural también juega un papel importante. La imagen de la madre que nos ha transmitido el cine y la literatura ha sido determinante en la formación de estas expectativas. Las mujeres han sido prisioneras de lo que se considera que debe ser una madre y una hija, lo que dificulta escapar de estos patrones.### El Patriarcado y la Complejidad del Vínculo Materno-FilialLacasa considera que la complejidad del vínculo entre madre e hija es una consecuencia directa del patriarcado. Convertir a la mitad de la población en personas relegadas al ámbito doméstico asegura la supervivencia de la familia, lo cual beneficia al sistema en general y garantiza el cuidado de niños y ancianos. Esto se ha logrado haciendo creer a las mujeres que esta es su "misión divina", sin recibir reconocimiento económico ni social.Tradicionalmente, los hombres han dominado la esfera pública mientras que las mujeres se han limitado al ámbito doméstico. La autora afirma que, si se alcanzara una verdadera igualdad y se eliminaran muchos roles de género, estaríamos en un escenario diferente, pero por ahora el patriarcado sigue funcionando a pleno rendimiento.### La Desigual Distribución de los Cuidados y sus ConsecuenciasLacasa señala que los cuidados siguen recayendo principalmente en las mujeres, y existe una falta de responsabilidad social al respecto. La reducción del tamaño de las familias ha limitado la práctica de compartir responsabilidades con tíos, abuelos y vecinos. Esto no solo agrava la carga sobre los padres, sino que también priva a las hijas de tener múltiples figuras de referencia y apego, lo que les permitiría ver a sus madres en roles distintos al de la maternidad.Además, existe una gran exigencia hacia las hijas en cuanto al cuidado de sus padres. Los hombres tienen una carga de cuidados mucho menor en comparación con las mujeres, a quienes se les da por hecho que deben asumir estas responsabilidades. Esto se traduce en una perpetuación de los roles de género y en una mayor presión sobre las hijas.### La Doble Vara de Medir: Cuando a los Padres se les Permite MásLacasa señala que tradicionalmente se ha permitido a los padres un amplio margen de error en su rol, mientras que a las madres se les ha criticado y reprochado mucho más. Esto se debe a que los estándares para los padres han sido muy bajos y fáciles de cumplir. Mientras que en el cine y la literatura se ha explotado la imagen de la madre terrible, psicópata, trastornada y castradora, esto no ha ocurrido con los padres, ya que no se esperaba tanto de ellos.### Mantener la Identidad de Mujer más allá de la MaternidadLa autora destaca la importancia de no perder la identidad de mujer antes de ser madre o hija. Explica que, en generaciones anteriores, la maternidad era prácticamente el rol principal que se esperaba de las mujeres, lo que dificultaba mantener otras facetas de su vida. Si no se ha construido una identidad aparte de ser madre, es mucho más complicado dejar ir a la hija.Lacasa señala el concepto de la "brecha del ocio", donde muchas mujeres llegan a la jubilación sin haber desarrollado hobbies porque siempre se dedicaron a cuidar a los hijos y a la familia. En cambio, los hombres han tenido el tiempo para hacerlo. Esto evidencia la necesidad de que las mujeres puedan desarrollar otras identidades más allá de la maternidad.### Hacia una Relación Adulta y VoluntariaLa autora considera que ser hija debería ser una circunstancia temporal, ya que es una relación en la que constantemente se busca la aprobación de la madre. Existe una jerarquía que valida o censura, manteniendo una dinámica demandante, especialmente cuando somos niñas. Lacasa propone que se trata de construir una relación adulta y voluntaria, donde ambas puedan decidir en qué términos y de qué manera quieren ser hija y madre, sin perpetuar relaciones infantilizadas.En este sentido, la autora considera que, para romper estos vínculos tóxicos, es fundamental hacerlo desde la comprensión y no desde la ira. Comprender el contexto histórico y el concepto arraigado de maternidad es clave para entender las experiencias de las generaciones de madres. No se trata tanto de perdonar, sino de comprender, para poder transformar la relación en una de dos adultas que se relacionan por voluntad propia.