Los millennials querían ser padres mejores: ¿por qué sus hijos son pequeños monstruos?
Jun 23, 2024 at 4:45 AM
Cuando la Crianza Respetuosa se Desvía del Camino
La crianza respetuosa, una filosofía que ha ganado popularidad en los últimos años, promete fomentar el apego seguro y la empatía en los niños. Sin embargo, su aplicación práctica a menudo se desvía hacia la permisividad, creando niños frágiles y egocéntricos que no están preparados para superar las adversidades. A medida que los padres se dan cuenta de que este método consume mucho tiempo y energía sin dar los resultados esperados, el boom de la crianza respetuosa comienza a parecerse cada vez más a una quiebra.Una Filosofía Que Promete Mucho, Pero Que Puede Salir Mal
El Inicio de una Crianza Respetuosa
Era el verano de 2007, después de mi tercer año de universidad, cuando busqué trabajo como canguro. Mi nueva clienta me estaba explicando las rutinas de la cena y la hora de acostarse de sus dos hijos pequeños. Mientras subíamos por la escalera al segundo piso, el más pequeño de los dos (un bebé de 16 meses apoyado en la cadera de su madre) me clavó la mirada y hundió el dedo índice en el lateral de su otra mano. "Es el lenguaje de signos de los bebés para decir 'más'", me explicó su madre, reconociendo que su hijo no dominaba la técnica. Pero a pesar de ello, me dijo que debía hacerle caso, ya que los bebés saben lo que necesitan aunque aún no puedan expresarlo hablando. Era importante respetar sus decisiones.El niño acababa de comerse medio plátano. Siguiendo las instrucciones de la madre, fui a la cocina y volví con la otra mitad. El niño se lo comió rápidamente y repitió el mismo gesto, de modo que fui a por otro medio plátano y se lo di. Continuó haciendo ese mismo gesto, por lo que yo seguí dándole de comer, hasta que fue demasiado. Para sorpresa de la madre, el niño vomitó los trozos de plátano por todas partes. "¡Dios mío!", se lamentaba mientras intentaba contener el chorro con su mano. "¿Cuántos plátanos le has dado a mi bebé?", siseó. Me había visto alimentarlo, pero no había calculado la cantidad de veces que su hijo había pedido más.La Crianza Respetuosa se Impone
Después de ese incidente, me contrató durante casi un año. Y no fue ni mucho menos la única clienta que insistió en respetar las preferencias de sus hijos. Me convertí en una canguro muy solicitada en Toronto y pude ver de primer mano cómo se imponía esta nueva forma de crianza. Poco a poco, los carritos se sustituían por canguros u otras formas de porteo para estar más cerca y más atentos a los bebés. A los niños con edad suficiente para desabrochar un sujetador de lactancia se les animaba a seguir mamando hasta que ellos quisieran. El lenguaje de signos para bebés pasó de ser una novedad a ser lo habitual. Y lo más sorprendente, es que muchos padres me prohibieron pronunciar la palabra "no" frente a sus hijos, y mucho menos si me dirigía a ellos.La Crianza Respetuosa se Convierte en la Norma
17 años después, la crianza respetuosa es ahora la norma entre mis compañeros millennials. Este enfoque ha sido llamado de muchas formas: paternidad intencional, paternidad consciente, crianza respetuosa o, en mis años de canguro, crianza con apego, cada una con su propia jerga y su propio referente. A pesar de algunas diferencias en sus particularidades, todas están diseñadas para cambiar el anticuado "porque yo lo digo" de la crianza "autoritaria" por otro basado en la empatía y la negociación. Los padres respetuosos dan a sus hijos opciones y respetan sus deseos y necesidades. En lugar de castigar los malos comportamientos, tratan de validar los sentimientos de sus hijos y ayudarles a elaborar estrategias para gestionar su frustración, dejándoles aprender a través de las consecuencias naturales.Cuando la Crianza Respetuosa se Desvía de su Curso
Sin embargo, cuando una crianza respetuosa se desvía de su curso, puede ser perjudicial. Un estudio reciente ha revelado que la tendencia durante décadas hacia una mayor participación de los padres (y, en concreto, la menor independencia infantil que puede derivarse de ella) coincide perfectamente con el aumento de las tasas de depresión y ansiedad en niños y adolescentes, que han alcanzado un nivel sin precedentes. Otra investigación vincula este método educacional con "altos niveles de agresividad, problemas de conducta antisocial y falta de autodisciplina". Estos atributos no solo son desagradables, sino que ponen en riesgo la capacidad del niño para establecer relaciones significativas, un factor clave para predecir el bienestar físico y psicológico a lo largo de la vida.Los Desafíos de la Crianza Respetuosa
Hacer hincapié en los sentimientos de un niño puede magnificar problemas menores y, de hecho, pone al niño en el asiento del conductor cuando lo que realmente necesita es la orientación de un adulto. "Cuando dejas de hacer lo que sea que estés haciendo y dejas que tu día lo dicte su comportamiento, dejas de liderar, lo que hace que los niños se sientan muy incómodos. Buscas que ellos te digan que las cosas están bien, en lugar de que ellos te busquen a ti", afirma Anna Lussenburg, una intervencionista en comportamiento infantil.Además, a menudo el debate sobre lo que constituye esta crianza se reduce a los valores sociales. ¿Deben primar los sentimientos de un niño sobre cómo perciben los demás las acciones de ese niño? ¿Quién debe responder por una alteración del orden público? ¿Dónde está la línea que separa a un niño que se siente capaz de defenderse a sí mismo de otro que simplemente tiene derecho? La investigación indica que se necesitan normas y consecuencias firmes. Pero cuando se trata de las particularidades de cómo criar a un niño día a día, el debate se centra más en el respeto.Encontrando el Equilibrio
Hay muchas razones sensatas y apropiadas por las que los niños se portan mal. Tal vez tengan hambre o estén cansados, o se sientan angustiados por frustraciones que son totalmente legítimas. Diferentes niños vienen equipados con diferentes herramientas de neurodesarrollo o circunstancias materiales que pueden facilitar o dificultar la autorregulación emocional o la modulación de su comportamiento. También se portan mal porque, sí, portarse mal es una parte normal del crecimiento. Aprender límites, ponerlos a prueba y ser un incordio ocasional forma parte del juego.Pero hay una diferencia entre legitimar los sentimientos de un niño y dejar que esos sentimientos dirijan tu vida. Lo que la gente quiere no siempre es lo que necesita. A veces, el niño que pide su tercer plátano solo necesita que le digan "no". La crianza respetuosa solo funciona cuando existen normas básicas sobre qué comportamientos son aceptables y padres que apliquen consecuencias cuando se traspasan esos límites. Sin quererlo, algunos padres pueden caer en la permisividad y acabar con niños que se sienten autorizados a hacer de todo menos respetar a los demás. Encontrar ese equilibrio entre empatía y autoridad es el desafío clave de la crianza respetuosa.