El Presupuesto General de la Nación 2025: Desafíos y Oportunidades
La definición del Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2025 se enfrenta a riesgos de desfinanciación, lo que podría generar recortes en áreas clave como la inversión pública. Expertos advierten sobre la necesidad de racionalizar los gastos de funcionamiento y realizar reformas estructurales para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas.Asegurando un Futuro Sostenible: El Reto del Presupuesto Nacional
Composición y Desafíos del PGN 2025
Según las proyecciones del Ministerio de Hacienda, el PGN para el próximo año asciende a $523 billones, de los cuales $328 billones (63%) se destinarán a gastos de funcionamiento, $113 billones (21%) al servicio de la deuda pública y $82 billones (16%) a la inversión pública. Este último rubro es el más afectado, con una caída proyectada del 16% en términos reales.Los expertos del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana advierten que el presupuesto podría estar desfinanciado en $31,1 billones, debido a la dependencia de factores como la aprobación de la Ley de Financiamiento y el cumplimiento de las metas de recaudo de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). En caso de que no se materialicen estos ingresos, la caída en la inversión pública podría llegar al 30%.Prioridades y Recortes en el Gasto Público
El servicio de la deuda pública se perfila como el sector con mayor asignación presupuestal para 2025, con $110 billones, lo que representa el 21% del presupuesto nacional. Esto refleja un deterioro de las finanzas públicas, ya que una gran parte de estos recursos se destina al pago de intereses cada vez más costosos.Por otro lado, los mayores recortes en el rubro de inversión se centran en áreas como Inclusión y Reconciliación Social (-39%), Agricultura y Desarrollo Rural (-48%), TIC (-43%), Vivienda (-24%) y Educación (-9%). Estas reducciones podrían ser aún más pronunciadas si no se materializa la Ley de Financiamiento.Hacia una Reforma Estructural del Gasto Público
Los expertos coinciden en que, a corto plazo, se debe racionalizar el incremento en los gastos de funcionamiento, mientras que en el mediano plazo es necesaria una reforma a la estructura del gasto público que garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas.Esta reforma debe abordar la composición del presupuesto, priorizando la inversión pública y reduciendo el peso del servicio de la deuda. Además, debe implementar medidas para mejorar la eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos, con el fin de asegurar que el presupuesto se destine a las áreas más estratégicas y de mayor impacto para el desarrollo del país.