Familia: “Como madrastra, no es fácil hablar de las dificultades con los hijastros porque enseguida creen que eres ‘mala’, una ‘bruja'”
Aug 23, 2024 at 8:16 AM
Reclamando el Poder de la Madrastra: Transformando Percepciones y Desafiando Estigmas
Hace una década, cuando Aina Buforn, de 36 años, buscó por primera vez la palabra "madrastra" en internet, lo único que encontró fueron noticias perturbadoras y material pornográfico. Hoy, junto a su colega Berta Capdevila, de 38 años, estas dos terapeutas especializadas en familias ensambladas están trabajando incansablemente para desmantelar los prejuicios que rodean a esta palabra y a la experiencia de ser madrastra.Madrastras Unidas: Creando una Red de Apoyo y Visibilidad
Redefiniendo el Rol de la Madrastra
Para Berta y Aina, la palabra "madrastra" es mucho más que una simple etiqueta; es un paraguas bajo el cual se reúnen mujeres que se enfrentan a una realidad única y desafiante. Lejos de ser un término despectivo, estas terapeutas buscan resignificar su significado, para que cada vez más mujeres se sientan empoderadas al reconocerse como madrastras."Madrastra" es una palabra que permite nombrar y validar un vínculo que, a menudo, se encuentra en un espacio ambiguo entre la maternidad y la amistad. Para algunas, como Berta, fue importante tener una palabra que diferenciara su relación con su hijastro de la de su madre biológica, evitando así confusiones y malentendidos. En otros casos, como el de Aina, la palabra "madrastra" facilitó una rápida aceptación del nuevo rol, sin tener que explicar constantemente la dinámica familiar.Desafiando Percepciones Sociales
Berta y Aina coinciden en que la carga negativa de la palabra "madrastra" se debe a la persistencia de un modelo de familia tradicional, en el cual solo hay lugar para una mujer: la madre biológica. Esta idea de la "maternidad perfecta" demoniza a la madrastra, convirtiéndola en la "bruja" de la familia.Las terapeutas están trabajando para desmitificar esta visión y permitir que las mujeres se desvinculen de la idea de que la maternidad debe ser un acto de abnegación y sacrificio. Del mismo modo, buscan despojar a la figura de la madrastra del estigma de la maldad y la crueldad.Aceptando el Reto de Ser Madrastra
Tanto Aina como Berta tuvieron que enfrentar retos emocionales al asumir el rol de madrastra. Para Aina, el desafío inicial fue sentirse preparada para acompañar a los hijos pequeños de su pareja, cuando ella misma no se consideraba lista para ser madre. Berta, por su parte, tuvo que lidiar con la sensación de ser una "extraña" en la familia de su pareja, lo que la llevó a intentar encajar a toda costa, incluso en tareas que no dominaba.Ambas coinciden en que el inicio de esta experiencia suele ser complicado, lleno de sentimientos encontrados y la necesidad constante de demostrar que no son "malas". Sin embargo, con el tiempo y la madurez, lograron encontrar su propio camino, estableciendo vínculos únicos y significativos con sus hijastros.Construyendo una Familia Ensamblada
Para Aina y Berta, la experiencia de ser madrastras influyó en sus decisiones sobre la maternidad. Berta, que tenía claro su deseo de ser madre, tuvo que enfrentar la dificultad de ver la paternidad de su pareja con su hijo anterior, lo que generó temores sobre si este amaría a su hijo en común de la misma manera. Por su parte, Aina, que no había planificado ser madre, encontró en la experiencia de ser madrastra un nuevo impulso que la llevó a tomar la decisión de tener un hijo con su pareja.En ambos casos, el proceso de construir una familia ensamblada implicó retos emocionales y la necesidad de negociar nuevos roles y dinámicas. Sin embargo, el poder compartir sus experiencias y el apoyo mutuo les han permitido a estas mujeres transitar este camino con más confianza y satisfacción.Padrastros: Desafiando Estereotipos de Género
Si bien los padrastros también enfrentan dificultades al intentar integrarse en una familia con hijos que no son suyos, Berta y Aina señalan que hay una diferencia fundamental en la forma en que se percibe su rol. Mientras que a las madrastras se les exige un desempeño materno abnegado, a los padrastros se les suele considerar suficiente con un aporte económico o de tiempo de ocio.Esto refleja los sesgos de género que persisten en torno a las expectativas y responsabilidades de hombres y mujeres dentro de las familias ensambladas. Las terapeutas destacan la importancia de desafiar estos estereotipos y ofrecer a los padrastros el mismo apoyo y reconocimiento que se brinda a las madrastras.Rompiendo Tabúes y Creando Recursos
Berta y Aina coinciden en que uno de los principales desafíos que enfrentaron al iniciar su proyecto "Ser Madastra" fue romper el tabú que existe en torno a la experiencia de ser madrastra. Hasta entonces, era un tema poco abordado y estigmatizado, lo que dificultaba que las mujeres pudieran compartir abiertamente sus vivencias.A través de su trabajo, estas terapeutas han logrado tejer una red de apoyo entre madrastras, brindándoles un espacio seguro para expresar sus emociones y dificultades. Además, han creado recursos como podcasts, talleres y una comunidad en línea que ayudan a otras mujeres a comprender y navegar su rol de madrastra.Hoy en día, Aina y Berta reciben mensajes de agradecimiento de mujeres que han encontrado en su proyecto un salvavidas en medio de la soledad y los desafíos que enfrentan. Si bien aún queda mucho por recorrer, su determinación y visión de transformar la imagen de la madrastra les ha valido el respeto y el apoyo de una creciente comunidad que busca empoderarse y revindicar este papel.